La denuncia presentada por el director de un instituto de Nigrán tras sorprender a unos estudiantes consumiendo estupefacientes en una excursión propició una operación de la Guardia Civil que se saldó con la detención de dos jóvenes ajenos al centro escolar. El juicio contra ambos chicos se celebró ayer. Pero pese a que todo partió de la alerta dada por el centro educativo, la Fiscalía no les acusa de vender las sustancias a menores de estas instalaciones escolares al considerar que no hay prueba de ello. El delito de tráfico de drogas que les imputa y por el que solicita una pena de cinco años de prisión para cada uno se basa en que supuestamente uno de los acusados, R.D.G., vendía droga en una plaza de la localidad nigranense mientras que el segundo, el vecino de Vigo M.F.C., era su presunto proveedor.

La vista se celebró ayer en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo. Frente a la petición de prisión del fiscal, los abogados defensores solicitaron la libre absolución de sus clientes al negar el tráfico de drogas y alegar que las sustancias que les incautaron eran para "autoconsumo" o "consumo compartido". Los letrados también coincidieron en señalar que ambos jóvenes cambiaron y que en la actualidad tienen una conducta madura y responsable.

Todo se descubrió en Nigrán. Un guardia civil relató ayer que, a raíz de la denuncia del director del instituto, iniciaron una investigación. El primer detenido fue R.D.G., que fue identificado por un menor que lo conocía por su apodo. Este joven supuestamente traficaba con estupefacientes en la plaza Rosalía de Castro de Nigrán y los agentes le incautaron "una pequeña cantidad" de marihuana y varias papelinas de cocaína que tenía en su poder y en su coche. Aunque en el juicio lo negó, en sus primeras declaraciones admitió que vendía estupefacientes y dio a los investigadores la descripción de su supuesto proveedor, un vecino de Vigo al que los guardias civiles también localizaron y en cuya vivienda también se aprehendieron de droga y útiles como una báscula de precisión.

En la vista los dos chicos negaron la autoría del delito. El vecino de Nigrán declaró que el otro acusado le "regaló" la droga y que era para autoconsumo. Una versión que el fiscal calificó de "edulcorada", insistiendo además en que entra en clara contradicción con su confesión inicial. Por su parte, la abogada del vigués acusado, que alegó fallos en la investigación policial, dijo que la cocaína que apareció en el domicilio de su cliente era "ínfima" para ser destinada al tráfico, añadiendo también que este joven "ni recordaba" quien era el otro imputado. Sobre el vigués, la acusación hizo hincapié en que su nivel de vida no se corresponde con sus ingresos. Frente a la pensión de orfandad que recibía –su madre falleció–, el fiscal relató que en su casa había droga valorada en más de 1.000 euros, una televisión de plasma o que conducía un Seat León.