La sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha condenado a dos años de prisión a cinco de los acusados por el caso del narcosubmarino aparecido en la ría en agosto de 2006, y a dos años y tres meses de cárcel al sexto, al que se le aplica la agravante de reincidencia.

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el tribunal considera probado que los seis --Manuel C.G.; Juan S.F.; Juan Manuel G.R.; José Jesús I.F.; Francisco O.N.; y Tomas B.A.-- actuaron de forma concertada en una "conspiración para la comisión de un delito contra la salud pública", al organizar el traslado de cocaína desde un buque nodriza en altamar hasta las costas gallegas, para lo que pretendían valerse de un artefacto semisumergible de fabricación casera.

La Audiencia considera probado que, pese a que no se les pueda imputar la pertenencia a un grupo de crimen organizado, cada uno de los acusados tenía un papel en esa operación de narcotráfico: unos se encargaban de la construcción y pertrecho del batiscafo, otros hacían labores de enlace con los dueños de la droga, otros de vigilancia, y otros aportaban la financiación.

Las detenciones se realizaron a raíz de la aparición del 'narcosubmarino' abandonado en la ría en agosto de 2006, ya que la persona encargada de pilotarlo se echó atrás por desconfianza en la seguridad del artilugio. Aunque los acusados trataron de forzar el traslado de la droga en un velero, finalmente las fuerzas de seguridad frustraron la operación antes de que se intentase.

Inicialmente, la Fiscalía solicitaba penas de prisión que superaban los 70 años en total aunque, tras la celebración de la vista oral -en abril pasado--, rebajó su petición de condena a penas que oscilaban entre los 3 años y 9 meses, y los 2 años y 3 meses de cárcel, debido a que los acusados reconocieron los hechos.

Hechos

En la sentencia se relata que Manuel C.G. alias, 'el ingeniero', fue el encargado de comprar el velero 'Nadir III', que se usaría en labores de apoyo, así como de construir el 'narcosubmarino'. Para ello, alquiló varias naves, con el fin de llevar a cabo sus trabajos de forma discreta.

Por otra parte, Francisco O.N. era el encargado de hacer de intermediario entre este grupo y dos ciudadanos sudamericanos, a su vez, representantes en España de los dueños de la droga. Mientras, Juan S.F., alias 'el viejo', y Tomás B.A., alias 'el cabezón', eran los que financiaban parte de la operación; Juan Carlos G.F. era la persona contratada para pilotar el artefacto --que no compareció en el juicio y fue declarado en rebeldía--; Juan Manuel G.R., alias 'el mecánico', realizó la puesta a punto del velero de apoyo; y José Jesús I.F. coordinaba todo el proceso desde un segundo plano.

Varios miembros de esta trama mantuvieron contactos con los representantes de los capos sudamericanos en diferentes ciudades de España y, tras solventar algunos inconvenientes que fueron surgiendo --entre ellos, una salida en falso del 'narcosubmarino', que tuvo que volver a tierra por problemas mecánicos--, se fijó como fecha de la entrega de la droga en altamar el 25 de agosto de 2006.

Así, unos días antes, el 'narcosubmarino' inició su singladura, pero su piloto presa de la inseguridad que le provocaba el artefacto, se echó atrás y se negó a llevarlo hasta el punto acordado. Ante este percance, Manuel C.G. optó por abandonar el semisumergible, que apareció flotando entre Cangas y las Islas Cíes el 13 de agosto, con los motores encendidos y con más de 4.600 litros de combustible.