Arrepentidos. Así se mostraron ayer en la Audiencia los dos amigos acusados de intentar acabar con la vida del otro mutuamente en un altercado ocurrido de madrugada en plena calle de Vigo en agosto de 2010, en el que usaron una navaja y una barra de hierro como armas. En su derecho a emitir la última palabra antes de que el juicio quedase visto para sentencia, el marinero Salvador L.L. y Juan Jonay M.C. se pidieron perdón el uno al otro, insistiendo en que no tenían intención de matar. Un criterio que no comparte la Fiscalía, que mantuvo su petición de ocho años de prisión para cada uno al considerarlos responsables de un delito de homicidio en grado de tentativa.

La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, acogió ayer la segunda sesión de la vista, cuya primera jornada se celebró el 6 de julio. Tras el interrogatorio a las forenses, las partes –fiscal y defensas– expusieron sus informes finales. La acusación pública concluyó que ambos imputados se atacaron con armas "idóneas" para causar la muerte y lo hicieron de forma "reiterada": recordó que Juan asestó a su oponente cinco pinchazos con una navaja en zonas como el área pectoral que son "vitales de necesidad", mientras que Salvador lo atacó con una barra de hierro con la que le dio dos golpes en la cabeza. "Pusieron todos los medios para causar la muerte del otro; y si no se causó, fue por suerte", valoró el fiscal, que rechazó las eximentes o atenuantes propuestas por las defensas, como son legítima defensa o intoxicación por consumo de alcohol y drogas.

Las abogadas de los acusados negaron intención homicida y alegaron que solo hubo ánimo de defensa. Una letrada puso como ejemplo que las lesiones de Juan en la cabeza tras ser golpeado con la barra fueron leves: "Solo precisaron sutura y Betadine". En la conclusión del juicio, el fiscal pidió que se abra investigación por presunto falso testimonio contra una testigo presencial que incurrió en contradicciones.