El cadáver del armador de Cangas Manuel Joaquín Núñez Fontán será exhumado mañana, en presencia de una comisión judicial formada por un forense y la secretaria del juzgado número 2 de Cangas. El propósito de este procedimiento judicial es determinar si el ADN del empresario, fallecido hace año y medio, coincide con el de una joven que asegura ser su hija y demanda el proceso de filiación para reclamar la parte de la herencia que le correspondería, pues el fallecido no tuvo hijos en su matrimonio.

Ante la expectación levantada por este acontecimiento, el Concello de Cangas cerrará el cementerio municipal durante el tiempo que dure la operación judicial, algo que advertirá a través de un cartel que se colocará en la puerta de acceso al camposanto.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Cangas ya había fallado que la mujer era hija del Manuel Joaquín Núñez Fontán. La demandante presentó tantas pruebas que no hizo falta la de paternidad definitiva, a la que el empresario siempre se negó en vida, alegando su delicado estado de salud.

Cuando el caso se encontraba ya en la Audiencia Provincial de Pontevedra, el empresario falleció. El magistrado determinó que para esclarecer definitivamente la causa se exhumara el cadáver de Manuel Joaquín Núñez Fontán, se recogieran muestras de ADN y se cotejaran con las de mujer que reclama ser la hija del armador.

Núñez Fontán no tuvo hijos dentro de su matrimonio, por lo que si se confirma la sentencia dictada en su día por el Juzgado de Instrucción número 1 de Cangas, la demandante sería la principal heredera del armador. Como mínimo, según distintos letrados, la hija se quedaría con el 25% de la herencia.

Casi nadie recuerda que en Cangas se produjese una exhumación de estas características. Los abogados que operan en la zona afirman que últimamente proliferan este tipo de demandas de filiación y que hay previstos en la comarca de O Morrazo más casos de exhumación del cadáveres, también por cuestiones similares de hijos que reclaman que les sea reconocida su filiación.

En principio parece poco probable que mañana se repita en Cangas lo que sucedió en el cementerio de Cee, que cuando los funcionarios del juzgado acudieron a exhumar el cadáver se encontraron con que no estaba. En este caso, el Concello tiene, a través del enterrador, controlado el lugar donde fue enterrado el empresario cangués.

Personas que conocían al armador aseguran que Núñez Fontán se ocupó en vida de la supuesta hija que ahora reclama su herencia, sino directamente, sí a través de terceros. Supuestamente, la demandante es hija de una mujer que sirvió durante años en la casa del empresario cangués.

El acto de exhumación tendrá lugar a las 10.00 horas de mañana y estarán presentes los abogados de las partes –la joven que reclama ser reconocida legalmente como hija del armador, y el letrado que representa a la mujer de éste– además de los funcionarios del Juzgado de Instrucción número 2.