Ilesos de milagro. Un hombre y su hija de 4 años salvaron la vida al ser rescatados por un vecino del voraz incendio que calcinó en pocos minutos su vivienda en la parroquia tudense de Baldráns. Manuel Núñez, "Lolo de Rapado", lanzó una escalera metálica desde su finca a una ventana, subió a recoger a la niña, ayudó al hombre afectado ya por la densa humareda y desalojaron la vivienda en llamas poco antes de que el tejado y las placa se desplomaran. Cinco minutos más y padre e hija podrían no haber salido vivos del inmueble. El fuego comenzó cerca de las 11 de la noche del sábado y la dueña de la casa puso en marcha el operativo de rescate desde su puesto de trabajo. Además de llamar a los bomberos, alertó a su vecino que logró salvar a su marido y a su hija.

"Me tocó el turno de noche. Estaba hablando con mi marido, que me contaba que ya habían cenado y la niña dormía cuando me dijo: oigo algo raro. Miró y me alertó: ¡hay fuego. La casa está ardiendo! Casi a la vez me sonó el otro teléfono y desde el servicio de la central de alarmas que tenemos contratada me informaban de que había un incendio en mi casa", relata la propietaria de la vivienda.

Su marido corrió a la habitación de la niña y la cogió. Intentaban salir pero no podían y el humo era intenso. Su mujer era su única conexión con el exterior, y no lo dudó. "Llamé a Lolo, mi vecino y le pedí que los rescatara. Después llamé a los bomberos, que ya habían sido alertados por la central de alarmas, y pedí que me sustituyeran en mi trabajo. Tenía que estar aquí", explica mientras observa la casa completamente calcinada.

Más de tres horas tardaron los bomberos de Porriño en sofocar las llamas, y un retén volvió ayer por la mañana porque parecía que se reavivaban. Padre e hija fueron atendidos en dos ambulancias medicalizadas, si bien se encontraban perfectamente, aunque el hombre ayer todavía era víctima de un fuerte shock.

"Hemos perdido todo pero afortunadamente ellos están vivos. Los muebles de la cocina se fundieron como papel, la placa igual. Nos han dicho que a lo mejor hay que tirar la casa y volver a construirla. La tenemos asegurada y confío en que la compañía se haga cargo de todo", explica su dueña. Las causas del incendio se investigan, si bien todo apunta a un cortocircuito entre la cocina y el hall.

Ahora buscan una alternativa para vivir. La niña se ha ido a casa de sus abuelos en Vigo pero está escolarizada en Tui. Un vecino les ha ofrecido una casa próxima a la suya y esperan que la aseguradora les permita alquilarla en vez de alojarse en un hotel. "No tengo palabras para agradecer a mis vecinos lo que están haciendo por nosotros. Facilitaron ropa cariño a mi hija tras el suceso, hoy hemos comido en casa de otros... Todos acudieron la noche del incendio a ayudar". Una noche de tensión que el matrimonio culminó durmiendo al raso en el coche, con una ventanilla fracturada por los bomberos para retirarlo del fuego. ¡Había que vigilar la casa, no tenían a nadie que lo hiciera y creo que estábamos a 3 grados!, concluye la mujer.