Un conductor ebrio sembró durante la tarde de ayer el pánico en AP-9 entre Pontevedra y Caldas de Reis al circular durante unos 17 kilómetros en dirección contraria, causar varios accidentes y tratar de huir en varias ocasiones de la Guardia Civil de Tráfico. Finalmente, fue capturado en el kilómetro 110, a la altura de Caldas, después de una larga y peligrosa persecución. El detenido, natural de Portosín y de 68 años, dio positivo en la prueba de alcoholemia con un resultado "muy elevado", según fuentes de Tráfico.

Según los datos provisionales aportados ayer por la Guardia Civil, este conductor pudo haber accedido a media tarde a la autopista en las inmediaciones de Pontevedra y se dirigió hacia Santiago, pero por los carriles en sentido a Vigo, en los que se cruzó con numerosos usuarios, obligados a sortear el coche que venía de frente. La Guardia Civil, que puso de inmediato en marcha un dispositivo de emergencia para interceptar al "kamikaze", asegura que su errática marcha provocó varios accidentes. Uno de ellos se produjo poco después de las 20.00 horas en el término de Portas, en las inmediaciones del viaducto de la AP-9 en esta localidad. En ese punto, dos hermanas que se dirigían en su vehículo a un entierro en Ponteareas se toparon de frente con el conductor ebrio y en su maniobra para esquivarlo acabaron colisionando contra la barrera lateral de la vía.

Mientras agentes de la demarcación de Pontevedra perseguían desde la capital al "kamikaze", agentes de la zona de Santiago establecían un dispositivo para cortarle el paso, y lograron interceptar al conductor en el kilómetro 110, en la zona de Carracedo (Caldas). Sin embargo, la "aventura" de este conductor de 68 años no acabó aquí, puesto que fue entonces cuando protagonizó un serio altercado con los guardias civiles. Según la versión del destacamento de Tráfico de Pontevedra, cuando los agentes se acercaron al coche para sacar de su interior al conductor, éste volvió a arrancar, arrastrando en su maniobra a algunos de los efectivos, que incluso se vieron obligados a romper alguno de los cristales del coche para capturar al individuo.

La Guardia Civil de Pontevedra se hizo cargo de las diligencias por este grave suceso, y todo apunta a que en las próximas horas el detenido sea puesto a disposición judicial acusado de un presunto delito contra la seguridad del tráfico, con grave riesgo para la circulación y los demás usuarios.