El caso Collarte "era una desaparición anunciada que se produjo en Valença"

Guillermo Collarte Rodríguez, residente en Madrid e ingeniero de profesión, relató el suceso acontecido hace doce años, el 12 de agosto de 1998. "Alguien raptó a mi padre y dos días después él me llamó para decírmelo. Estuvo retenido 45 minutos y sus raptores le dieron datos muy concretos sobre mi hermana Berta y sus hijos". En un plazo de 3 o 4 días se produjeron las negociaciones con los raptores y "se llegó a fijar la entrega de una cantidad que yo iba a hacer, pero que nunca se produjo". Confirmó que su padre sospechaba de una persona que había sido de su confianza, y de la que tuvo advertencias por parte de la policía, dijo, refiriéndose a Luis Sánchez Lavandeira, que fue socio de su progenitor y que ahora se sienta en el banquillo de acusados en esta causa junto a otro ex-socio, José Gerardo Torres Abalo y el portugués Vítor Manuel Dias Pereira Barreto, con historial por atracos a bancos, además de José Lópes Rodrígues, ex concejal de Valença que no está presente debido a una enfermedad.

Collarte Rodríguez contó que "tomamos la decisión de denunciar". Fue entonces cuando la Guardia Civil recomendó a Collarte que no tuviese relación alguna con Lavandeira, supuestamente relacionado con actos delictivos. "Incluso el entonces delegado del Gobierno, Diz Guedes, nos dijo que esas cosas pasan por ser socio de Lavandeira", recordó. Su padre no dijo nada, por lo que Collarte Rodríguez nunca supo si sabía de esos asuntos o no. A partir de entonces empezó un calvario, las amenazas por teléfono a Berta Collarte. La orden era no dejar solo nunca a su padre, aunque no le gustase. Así lo contó también el acompañante de Collarte, Juan José Morales, quien recalcó que el industrial desconfiaba de Lavandeira. El juicio se reanudará el día 31 de enero.