La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha impuesto tres años y ocho meses de internamiento en un psiquiátrico al joven que arrojó a un menor de 16 años desde un muro de casi tres metros de altura ubicado en el parque vigués de A Seara. El condenado, que sufre un retraso mental leve asociado desde la niñez a un trastorno de conducta por falta de control de impulsos, no podrá acercarse ni comunicarse con la víctima durante un período de ocho años y deberá indemnizarla con 19.800 euros por las lesiones sufridas, que le dejaron como secuela un acuñamiento de vértebra que le provoca dolores de espalda.

En el juicio la Fiscalía, que inicialmente solicitaba seis años de cárcel para Javier C.R., había modificado sus conclusiones para pedir que se le sustituyese la prisión por el ingreso en un psiquiátrico debido al padecimiento mental que sufre. Y este criterio ha sido estimado por el tribunal, que le impone tres años y ocho meses de cárcel sustituibles por su internamiento en un centro "adecuado" a su trastorno. La sala considera que es responsable de un delito de homicidio en grado de tentativa en el que concurren dos circunstancias que le suavizan la pena: la eximente incompleta de alteración psíquica y la atenuante de dilaciones indebidas, ya que la vista se celebró cuando ya habían transcurrido cinco años desde los hechos.

Todo ocurría la tarde del 9 de septiembre de 2005, cuando Javier estaba sentado en un muro del parque de A Seara y pasó por el lugar el menor, Marco S.T.G., que iba acompañado de la que entonces era su novia y de dos amigas. Fue en ese momento cuando se produjo el ataque, que el condenado justificó en el juicio señalando que lo "provocaron" al reírse de él. "Sin mediar palabra, [el acusado] se dirigió por la espalda a Marco y con el fin de menoscabar su integridad física lo empujó, tirándolo al suelo y propinándole patadas", se señala en la sentencia. A continuación, el joven fue empujando al menor hacia el muro y lo arrojó al vacío, tras lo cual escapó.