La empresa Cárnicas Eldorado SL, con sede en San Sebastián, estafó 122.000 euros a la empresa viguesa Pescafresca. En apenas dos meses, entre junio y julio de 2002, sus responsables adquirieron casi a diario pescado que no pagaron, y que vendieron a mayoristas de Madrid, Barcelona y Bilbao por debajo del precio de compra, quedándose con el dinero de la venta. La firma vasca actuaba como intermediaria, o comisionista, por lo que la empresa viguesa estafada enviaba directamente los pedidos a los mayoristas. Cárnicas Eldorado se ganó la confianza de Pescafresca porque los primeros encargos los abonó con rapidez.

El administrador de Cárnicas Eldorado, Jesús María S., un jubilado que asegura que apenas sabe escribir, se sentó ayer en el banquillo de los acusados con el presunto cerebro de la estafa, Ignacio María Osaelu, quien se declara simple comercial en prácticas de la firma en la que trabajó los dos meses que duró la estafa, pues Eldorado SL con dirección en un apartado de MRV desapareció y sus responsables dejaron de contestar a los teléfonos. Se enfrentan a penas de 4 años de prisión cada uno y al pago de la cantidad estafada más los intereses.

A preguntas del fiscal, Ignacio Osaelu manifestó que él no tenía nada que ver con la administración de Cárnicas Eldorado y nunca facturó ni cobró los cheques nominales de la empresa, ni gestionó los dos pagarés que carecían de fondos. "Era un simple comercial en prácticas. Yo no era nadie para hablar de precios o formas de pago. La empresa no es mía", repetía".

Aseguró que tenía una oficina y se dedicaba al pescado congelado, y que Jesús María lo llamó para trabajar en Cárnicas Eldorado, que era del jubilado, un tal Larrea y otro socio que tenían en Madrid. Tuvo constancia de dificultades en los pagos porque un comercial de Pescafresca le llamó y se desplazó a San Sebastián para solucionarlo. Afirmó que dejó la empresa a los dos meses porque le propusieron trasladarse al extranjero.

Después le tocó el turno al administrador único de la firma. "Todo lo que ha dicho es mentira", aseguró en relación de la declaración del comercial en prácticas. "Yo no tenía un duro, tengo artritis en las rodillas después de pasar toda la vida en el mar. Lo conocí a través de un amigo y nos daba 2.000 pesetas para el chiquiteo, nos invitaba a comer… Así se ganó mi confianza. En 2002 me pidió que le hiciera un favor, que fuera a Madrid a una notaría a echar unas firmas, me preocupé pero me dijo que no iba a pasar nada. Me llevó a una notaría y firmé como administrador de la sociedad, pero yo ni me enteré. Hice lo que quiso. Después, en un descampado me puso a la firma un montón de documentos…Después me vinieron las cartas del pescado, de los coches….Pero Iñaki desapareció, ni me cogía el teléfono ni supimos de él hasta casi tres años después". El hombre aseguró que su compañero de banquillo es responsable de la situación "lo ha inventado todo, apenas se escribir, como iba a ser administrados de una empresa". "Yo no sabía ni donde estaba Cárnicas Eldorado", reiteró a preguntas del fiscal".

Por videoconferencia desde Barcelona y Madrid declararon los responsables de las empresas mayoristas que abastecen los mercados de ambas ciudades y a los que Eldorado S.L. vendía y cobraba el pescado de Pescafresca. En contra de la versión facilitada por Iñaki, aseguraron que sólo hablaban con él y no conocían ni habían tenido contactos con ninguna otra persona de Eldorado SL. Aseguraron que pagaron todos los pedidos y que dejaron de trabajar con la firma vasca porque desapareció. "Dejaron de responder al teléfono y la única dirección que teníamos de ellos era la de MRV", coincidieron.

La vista en la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo se reanudará en diciembre, momento en el que declararán dos representantes de la Pescafresca, la empresa estafada.