Un hombre de 59 años y vecino de Redondela resultó herido grave tras precipitarse con su camión por un barranco con un desnivel de unos 50 metros de altura. El vehículo, de cuatro ejes y articulado, se salió por el margen izquierdo de una pista forestal del municipio de Arnoia a la altura del kilómetro 22 de la carretera que comunica esta localidad con Cartelle. El camión, que portaba madera, se dirigía a completar la carga en dos puntos más antes de continuar su marcha hacia Portugal cuando la niebla y la estrechez de la vía provocaron el accidente.

El conductor, Juan Manuel Vázquez, autónomo del transporte, fue encontrado a unos 10 metros del vehículo consciente, con fracturas en ambas piernas, en dos costillas y con vértebras dañadas.

El propio herido pudo echar mano de su teléfono para pedir ayuda. En primer lugar, con la desorientación, llamó a su mujer. Ante la alarma la familia puso en conocimiento de los sanitarios el accidente. Los medios de rescate devolvieron la llamada al herido para que los guiase hasta el punto en el que se encontraba. Pese a las indicaciones del hombre se tardó media hora en encontrarlo. Y es que en la zona, de difícil acceso, confluyen varias pistas de características similares.

La localización por aire habría sido más ágil, ya que la zona en la que se encontraba Juan Manuel era visible desde el cielo, pero la niebla impedía el uso del helicóptero. El tiempo que el conductor esperó podría haber sido mayor de no estar en disposición de avisar desde su móvil.

Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Guardia Civil de Tráfico, el Grumir de Ribadavia y Protección Civil. Una ambulancia medicalizada procedió a trasladarlo al Complexo Hospitalario de Ourense.

"Me sentí paralizado de cintura para abajo"

La media hora de espera hasta que llegaron los equipos de rescate se hizo larga para el conductor del camión, Juan Manuel Vázquez. Después de llamar a su casa, "porque fue el primer número que me salió en el móvil" y saber que venían en su ayuda comenzó a pensar en sus golpes.

Consciente de encontrarse en un lugar de difícil acceso, asegura que lo que más le preocupaba era no saber la magnitud de los daños. "No sabía hasta dónde podían llegar las lesiones, yo solo era consciente de que me sentía paralizado de cintura para abajo", explica Juan Manuel.

Como él mismo afirma, tener el teléfono móvil cerca "fue una gran suerte". Conductor experimentado, cuenta que para evitar distracciones "en el 90% de las veces que voy a cargar no llevo el móvil cerca de mí. Pero ayer, como no había recibido ninguna llamada, lo tenía en el bolsillo". Gracias a este "factor suerte", como lo define Juan Manuel Vázquez, pudo dar el aviso del accidente sin necesidad de esperar a que algún otro vehículo pasase por el lugar en el que se encontraba.

Por suerte, se recupera de sus heridas en el Complexo Hospitalario de Ourense, aunque continúa con fuertes molestias. "Sobre todo tengo dolor en la espalda y las piernas, molestias que voy sobrellevando con los calmantes", afirma.