El trasvase de los más de 1.000 kilos de cocaína que transportaba el velero brasileño Ariel IV a una o más planeadoras era inminente. Así lo creen los servicios policiales que participaron en el abordaje de la embarcación: la droga se encontraba ya en la cabina y la cubierta y los tres tripulantes del barco –dos ciudadanos británicos y un holandés– apenas tenían comida.

El velero fue interceptado el pasado 16 de julio al sur de las islas Azores y sus tripulantes fueron detenidos. La previsión es que el Ariel IV llegue a las diez de la mañana del próximo lunes al muelle de transatlánticos del puerto de Vigo, donde se llevará a cabo la descarga y pesado definitivo de la cocaína. La operación la coordina el Juzgado número 1 de Cambados y se sospecha que la droga iba a ser alijada por un grupo de narcotransportistas arousanos reestructurado recientemente.

Por otra parte, el sindicato CIG del Servicio de Vigilancia Aduanera criticó la falta de medios con que tienen que hacer frente al narcotráfico y avisa de que las bandas gallegas siguen muy activas.