Un incendio originado ayer por la mañana en la nave de compradores de los Armadores de Burela (Absa) –donde se clasifica el pescado para su distribución– obligó a cerca de un centenar de personas a trabajar durante más de dos horas para sofocar las llamas y el denso humo negro que éstas desprendían. El fuego calcinó parte de las instalaciones de la lonja nueva de la localidad lucense.

No hubo heridos graves, pero el presidente de Absa, Abelardo Basanta, reconoció los cuantiosos daños materiales y económicos y que se perdió "bastante" cantidad de pescado, especialmente bonito. De todos modos, se prevé que mañana la lonja esté activa. El fuego no provocó desgracias personales: sólo un trabajador resultó aquejado por una intoxicación leve por humo.

La Policía Judicial trabaja para investigar las causas del fuego, aunque la conselleira do Mar, Rosa Quintana, ya señaló que "se sospecha" que un cortocircuito fuese la causa del incendio durante una visita a las instalaciones en la tarde de ayer. También resaltó que la Xunta intenta "apoyar en todo lo que se pueda". "Muchas veces esto significa un empezar de nuevo", señaló.