Un pontevedrés, F. J. O. C., se sentará en el banquillo de la Audiencia Provincial de Pontevedra acusado de un delito continuado de agresión sexual que supuestamente cometió contra una menor a quien el acusado había reconocido como su hija.

La Fiscalía, que solicita una pena de 15 años de prisión, sostiene en su escrito que el hombre "mantuvo relaciones sexuales, con penetración vaginal y bucal, y en ocasiones con tocamientos con contenido sexual durante dos veces por semana" con la menor, que cuenta hoy en día con 17 años de edad. Según el fiscal, estas acciones las realizaba desde que la menor tenía ocho años, cuando el imputado inició una relación sentimental con la madre de la víctima, quien legalmente es su hija mediante reconocimiento paterno del propio procesado.

El acusado, sostiene el ministerio público, consiguió llevar a cabo estas acciones "venciendo la voluntad contraria de la menor mediante la creación de un clima de violencia, en el que el acusado o bien exhibía una espada o bien la agredía" y le advertía explícitamente que si contaba algo a alguien "mataría a su madre y a su hermano".

En su escrito el fiscal relata toda una serie de encuentros en los que F. J. O. C. supuestamente forzó o cometió abusos con la niña, incluso en una ocasión en la que ella se encontraba enferma con fiebre en la cama. Asegura que el procesado aprovechaba que la madre de la menor se ausentaba de la casa para trabajar (durante las tardes y los sábados por la noche) para obligar a la niña a mantener relaciones sexuales.

Le apretó el cuello

En una ocasión, en 2006, el acusado supuestamente apretó el cuello a la niña durante largo tiempo, provocándole lesiones en la cara de las que fue atendida por médicos, indica la acusación pública. Unos hechos que habrían ocurrido cuando la familia residía en el Marín. Cuando se trasladaron a vivir a Pontevedra, los abusos habrían continuado, hasta tres o cuatro veces por semana. Todo cesó en 2008, cuando la joven tenía 15 años.