El padre que supuestamente propinó a su hijo una "brutal" paliza en A Coruña para castigar una mentira del menor sobre un trabajo escolar será juzgado hoy. Entre los testigos, declarará una mujer que vio la agresión y la denunció.

La Fiscalía solicita para el acusado un año y tres meses de alejamiento del niño, por lo que tendrá que abandonar el domicilio familiar, durante se tiempo, y setenta días de trabajos en beneficio de la comunidad.

El Ministerio Público deja claro en su escrito de acusación que lo ocurrido dista mucho de ser un simple castigo, y destaca la "brutalidad" de los golpes. "La agresión, por su brutalidad, excede con mucho un supuesto derecho de corrección. Basta examinar el parte médico en el que se recoge policontusiones y las fotografías del mismo, que resultan alarmantes, para apreciar que no se trata de un simple tortazo. La agresión tiene cierta entidad y está muy lejana del mal llamado derecho de corrección", recalca la sección de Violencia sobre la Mujer de la Fiscalía Provincial de A Coruña.

También advierte el fiscal en su escrito de que la agresión no fue fruto de un arrebato. "No se trata de un acto esporádico y momentáneo", expone en el escrito de acusación presentado al juez que se encargará del proceso.

El relato del fiscal sostiene que el imputado pegó a su hijastro durante el trayecto del instituto a su domicilio y en el garaje del edificio en el que viven. "Con motivo del rendimiento escolar, le tiró del pelo y lo golpeó en la cara, en una pierna, en el cuello y en el costado izquierdo. Una vez que el acusado y su hijo llegaron al garaje del inmueble en el que residen y se disponían a coger el ascensor, lo empujó contra la puerta y le dio alguna patada", explica el fiscal sobre la supuesta agresión.

El testimonio del menor será clave en el desenlace del juicio. El pequeño relató a la policía que su padrastro le pegaba de forma habitual y que también agredía a otros miembros de la familia. El niño, sin embargo, se negó después a contar lo que había pasado en el coche. Sí reconoció que el imputado le daba "a veces un cachete o un golpe suave". Todo esto hace que el fiscal considera que el menor se encuentra en situación de riesgo, algo que hace necesaria la pena de alejamiento que reclama.