El juicio está rodeado de gran tensión ya que Jaime Maiz está en libertad debido a su error judicial que impidió prorrogar su prisión provisional al proponerse fuera de plazo, lo que indignó a la familia de la víctima. Por ello, el acusado llegó sin esposar y por su cuenta a la sala del juicio, donde se adoptaron grandes medidas de seguridad, con despliegue de efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que "tomaron" el Palacio de Justicia de Pontevedra. La vista continuará hoy con la declaración de los peritos.