La Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo todavía celebra mañana una vista para adoptar medidas cautelares contra el autor confeso de la muerte a puñaladas de dos jóvenes gais, Julio Anderson Luciano e Isaac Pérez Triviño, en un piso de la calle Oporto en 2006.

La vista se celebra a petición del abogado de la acusación particular, que ejercita la madre de Isaac, y pretende evitar la posibilidad de que Jacobo Piñeiro Rial salga el próximo 14 de julio de la cárcel al cumplirse los 4 años de prisión provisional, plazo máximo que contempla la Ley, y espere en libertad el nuevo juicio, ya que el Supremo ha refrendado la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que anuló el veredicto del jurado que hace un año le absolvió de los delitos de asesinato y le condenó sólo por quemar los cuerpos y causar un incendio en la vivienda para borrar sus huellas.

La sala no ha recibido todavía la resolución del Tribunal Supremo, por lo que no ha podido poner en marcha el engranaje para el sorteo del nuevo jurado y fijar la fecha de la nueva vista oral antes del 14 de julio.

La acusación particular defenderá mañana ante el tribunal que se prolongue la prisión provisional de Jacobo Piñeiro Rial hasta el límite de la mitad de los 20 años de cárcel por delito de incendio que se le impusieron en el primer juicio, pese a que dicha pena también ha sido anulada. Aduce que la defensa del procesado no pidió su absolución por este delito ante el Supremo, sino que solicitó que se redujera a la mitad, 10 años, al entender que era desproporcionado aplicar la pena máxima. Estima que por ello se podría prorrogar la prisión provisional incondicional cinco años.

El letrado, Tomás Santo Domingo, reclama además a la Sección Quinta con sede en Vigo que se adopten medidas para evitar el riesgo de fuga de Jacobo Piñeiro si queda libre antes de la celebración del nuevo juicio. El riesgo, en su opinión, es elevado ante las dificultades que se dieron para su detención una vez que mató a los dos jóvenes gais, provocó el incendio del piso y casi una explosión al dejar el butano de la cocina abierto. Cabe recordar que huyó en taxi a Cangas, donde residía, y una vez que fue identificado por la Policía, los agentes acudieron a su casa, desde donde su madre le conminó a que se entregara. Tras afirmar que iba a hacerlo, huyó a Marín, que celebraba las fiestas del Carmen, y allí fue localizado por las fuerzas de seguridad.

La Sección Quinta podrá decidir en la vista fijada para mañana otro tipo de medidas cautelares, como la obligación del reo de comparecer a diario en sede judicial si finalmente queda libre a la espera de juicio, o si es legal que se le coloque una pulsera electrónica para controlarle, como llegó a pedir públicamente algún colectivo.