“He pasado por cuatro prisiones, un hospital penitenciario, estuve en huelga de hambre y tuve un intento de suicidio...; estoy desesperado y cansado”. Ramón Patiño López, un vigués de 42 años de edad, cumple condena desde hace nueve años en Grecia tras ser sorprendido en 2001 con heroína en su todoterreno en la frontera de este país con Turquía. Nunca negó el tráfico de drogas: “Estoy arrepentidísimo, me perdí la infancia de mis hijos”. Pero considera una injusticia que todavía no hayan autorizado su traslado a una cárcel española. Y es que la cuarta petición que realizó su abogada desde que está preso acaba de ser denegada de nuevo por las autoridades griegas, por lo que ahora suplica ayuda al Gobierno español: “Que interceda, es mi esperanza”.

Ramón, que debe cumplir 20 años de cárcel, relata lo que describe como un “calvario” en conversación telefónica desde una prisión de Patras, la tercera ciudad más importante de Grecia. En España, además de su familia, cuenta con el apoyo de la Fundación Ramón Ruibal y de Begoña Miguel, una abogada que lo ayuda en su intento de regresar a España. Un viaje de vuelta que cada vez parece más complicado. “El Ministerio de Asuntos Exteriores de Grecia ha vuelto a rechazar la extradición porque considera que las leyes españolas son más livianas y en caso de ser trasladado no cumpliría la condena en los mismos términos que en ese país”, explica la letrada.

Audiencia Nacional

La única baza legal que le queda, y que formalizará próximamente, será la de pedir a la Audiencia Nacional que reclame la extradición de Patiño en base a que tiene que ser juzgado en España por una causa pendiente, también por tráfico de drogas. “Ese caso lo lleva la Audiencia Provincial de Pontevedra, por lo que también solicitaré su colaboración”, añade la jurista, que lamenta que pese a que se le enviaron múltiples cartas al Gobierno español y a otros organismos pidiendo ayuda, ni siquiera recibió contestación a estas misivas. “Sólo lo hizo el Defensor del Pueblo”, precisa.

Al margen de la posible intervención de la Audiencia Nacional en este proceso, Ramón Patiño insiste en solicitar auxilio al Gobierno. “Se han logrado extradiciones de presos de los más diversos países. ¡No lo van a conseguir conmigo, que cumplo la pena en un país europeo!”, se lamenta este vigués, que hasta su detención el 16 de septiembre de 2001 -tras ser sorprendido con 26 kilos de heroína- trabajaba en una cadena de supermercados en la provincia pontevedresa. “No estoy pidiendo que me dejen libre, sólo que pueda cumplir la pena en España”, añade. Su deseo es reencontrarse con sus dos hijos, de 19 y 10 años. Al más pequeño no lo ve desde que sólo tenía 16 meses.

En la cárcel griega trabaja en el almacén del supermercado, lo que le permite acortar la condena. Comparte celda con tres personas. “Llegamos a estar en una en que éramos ocho”, describe Patiño. Su deseo ahora es poder abandonar cuanto antes Grecia, un país que le ha dejado amargos recuerdos para siempre.