"Mi nieto, mi nieto, el niño está muerto", con estas palabras Mari Luz, la abuela del pequeño víctima del feroz ataque de un pit bull propiedad de su familia, se echó a la carretera pidiendo auxilio. Su vecina de enfrente salió al oír los gritos y la vio "acurrucando algo tapado con una manta", relata. "Me acerqué y le pregunté qué pasaba, entonces me lo tendió pero fui incapaz de cogerlo. Yo tengo nietos, y coger así a un niño... No pude. Y avisé a la ambulancia, al resto de su familia y a la Guardia Civil", explica presa todavía de la fuerte impresión vivida.

Un poco más abajo otra familia regresaba de trabajar y oyó los gritos. La mujer salió a socorrer a su vecina, pero tampoco pudo coger al niño. "Lo tenía en sus brazos, lloraba y decía que estaba muerto, que el perro lo había matado... pero no pude cogerlo", lamenta.

Así que Mari Luz, la única adulta que había con los tres niños en la vivienda tras el ataque del pit bull, acunaba al pequeño al que acurrucó en una manta marrón tras recogerlo ensangrentado, hasta que llegaron su marido y los padres del niño. "Ella siempre cuidaba a los nietos. Poco antes la vi que iba a tender la ropa con él, y lo llevaba de la mano. Siempre estaba pendiente de ellos. ¡Lo que debe estar pasando la pobre!", narra su vecina.

"La escena era desgarradora. El abuelo le cogió al niño de los brazos llorando, entonces le vimos las marcas de algunos dientes en la espalda. No había llegado la ambulancia y el padre del pequeño quería coger su coche y llevarlo él mismo al hospital. Tuvimos que frenarlo porque se hubiera matado en las condiciones en las que estaba", explica una de las testigos.

Mientras los servicios sanitarios intentaban estabilizarlo para poder trasladarlo en la ambulancia hasta el helicóptero que lo llevaría al aeropuerto de Vigo, la madre del niño, de apenas 24 años, intentaba quitarle el arma a uno de los guardias civiles para quitarse la vida. "Era hijo único", apostilla una de las testigos.

El vecindario se mostraba ayer conmovido, pero también muy preocupado por la existencia del perro pit bull: "No sabíamos que lo tenían. Tienen una perra que a veces anda suelta, pero desconocíamos que tuvieran también un perro de presa. Es un peligro, porque igual que atacó al niño pudo atacarnos a cualquiera si se hubiera escapado", aseguran.

Otro vecino explica que " vi al can cuando era un cachorro y ya lo tenían en el cercado, pero no imaginaba que se tratara de un perro así. Esto es una desgracia muy grande para la familia, no sé como lograrán superarlo", incidía a la puerta de la finca donde tuvo lugar el ataque del pit bull.