El joven pontevedrés sorprendido el pasado viernes en la Autovía do Salnés cuando iba en una moto a 249 kilómetros por hora será finalmente juzgado por la vía de lo Penal en Pontevedra. Ayer se celebró un juicio rápido en Cambados, pero el acusado no aceptó la pena de seis meses de cárcel y de tres años sin carné de conducir que solicitaba el fiscal, por lo que el caso se dirimirá finalmente en un Juzgado de lo Penal.

El joven motorista, A.L.F., de 21 años declaró, a las puertas del juzgado, que en el momento de ser interceptado por Tráfico se dirigía a O Grove, a ver a su madre, que había sufrido unos mareos, y que no era consciente de la velocidad a la que circulaba. Manifestó también que sí tiene asegurada la motocicleta, pero que en ese momento no llevaba consigo el recibo del banco porque contrató recientemente la póliza.

El pasado 2 de octubre, sobre las 9.30 horas, el joven fue "cazado" pro un radar en una potente moto a 249 kilómetros por hora, en un tramo de la vía rápida en Sanxenxo que está limitado a 100. Los agentes le pararon poco después, y en las primeras informaciones facilitadas a los medios de comunicación, indicaron que también tenía la moto sin asegurar. Por ello le imputaron un presunto delito contra la seguridad del tráfico, y le citaron para un juicio rápido, que se celebró ayer en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Cambados.

Poco antes de entrar en la sala, el pontevedrés A.L.F. explicó que aquella mañana recibió una llamada de su hermana indicándole que su madre, que trabaja en O Grove, había sufrido unos mareos. "Iba a ayudar a mi madre porque estaba trabajando y me dijeron que le habían dado unos mareos". Admite que conducía rápido "porque vi la carretera vacía", pero añade que "nunca fui consciente de la velocidad a la que iba". Considera "normal" que las leyes castiguen con dureza los excesos al volante, pero opina que es necesario también analizar cada caso concreto.

El mismo radar de la Autovía do Salnés ha cazado en lo que va de año a varios conductores a velocidades inusualmente excesivas. En abril una conductora novel vilagarciana fue sorprendida a 179 kilómetros por hora (no podía pasar de 80) y poco después caía otro vecino de Vilagarcía, que conducía un todoterreno a 203 kilómetros por hora. Además, iba sin carné porque le habían retirado todos los puntos.