FERNANDO MOSTEIRO | Coordinador de trasplantes del Complexo Hospitalario U. de A Coruña

“Las células madre podrían ser el verdadero futuro de los trasplantes”

“Vamos a tener que estar durante muchos años solicitando a las familias de las personas que fallezcan la autorización para extraer los órganos para poder salvar otras vidas”

Fernando Mosteiro. 
 // Víctor Echave

Fernando Mosteiro. // Víctor Echave / M. gonzález

M. González

M. González

Fernando Mosteiro Pereira (A Coruña 1973), médico intensivista y coordinador de trasplantes del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), imparte mañana, a las 19.00 horas, en el Salón de Actos de la Real Academia de Medicina de Galicia (A Coruña) una conferencia en la que hablará sobre “Donación y trasplantes en Galicia”.

Cartel de la ponencia de Fernando Mosteiro.

Cartel de la ponencia de Fernando Mosteiro. / FdV

–España batió al pasado año el récord de trasplantes con 5.861 y encadena 32 años seguidos como líder mundial.

–En los últimos 30 años somos líderes en cuanto a tasas de donación y de actividad por trasplante. Aunque en los últimos años, a causa de la pandemia del fentanilo, en Estados Unidos también han aumentado de forma significativa las tasas de donación, aun así no llegan a las tasas española o gallega.

–¿Cuáles son esas tasas de donación en Galicia?

–Galicia se sitúa en la zona media. Hay comunidades que tienen tasas de donación mayores que la nuestra, pero no somos los peores. El año pasado hubo un descenso en la tasa de donación gallega, donde se valora el número de donantes por millón de población. En España el año pasado las tasas de donación registraron 48 donantes por millón de población, cuando en Galicia nos quedamos en 41. Curiosamente, en el área sanitaria en la que yo trabajo, en A Coruña, estamos por encima de la media, con casi 60 donantes por millón de población, pero la media gallega hace que haya descendido un poco. Hay que decir también que hace dos años estábamos por encima de la media nacional pero, pese a todo, seguimos estando en la “Champions League”, compitiendo con países europeos que tienen tasas muy por debajo de la nuestra.

–¿Y en cuanto al número de trasplantes realizados?

–El de A Coruña es uno de los hospitales con mayor actividad del país. Hacemos trasplante hepático, renal y pancreático, que también se hacen en Santiago, y luego hacemos trasplante cardíaco y pulmonar, siendo el único centro da Galicia que los hace. En A Coruña, nuestra actividad está en torno a los 240 y 260 anuales. Concretamente, el año pasado fueron 257 trasplantes los que hicimos nosotros, mientras que el Hospital de Santiago (Chus) hizo 74. Quedamos como el noveno hospital en cuanto a este tipo de actividad, pero detrás de hospitales que tienen áreas de referencia mucho mayores que la nuestra.

–¿Qué factores explican estas tasas en Galicia?

–Galicia ha sido durante años una comunidad donde las tasas de negativas familiares eran las mayores de España. Hace años iniciamos una campaña de divulgación y empezamos a dar charlas sobre donación y trasplantes a estudiantes de la ESO y de Bachillerato. Ese ha sido un factor que ha ayudado, no el único, porque también la labor de los medios de comunicación ha sido importante. Y hemos conseguido darle la vuelta a esta situación hasta el punto de que el año pasado las cifras de negativas familiares estuvieron por debajo de la media nacional. En Galicia hubo un 16% (15,5%) de negativas familiares cuando la tasa nacional fue de un 18%.

–Todo un éxito.

–Hemos bajado, pero siempre se puede mejorar. Siempre hay ese 16 por ciento de familias que han dicho de no que son 16 posibles donantes de cada cien que habrían podido salvar las vidas de muchas personas. Tenemos que seguir trabajando, pero es cierto que este ha sido un éxito que nos ha permitido mantener estas tasas de donación tan altas y esta actividad, porque muchos de los donantes que se generan en Galicia acaban trasplantándose a gente de Galicia. Una gran parte de los órganos que se generan en la comunidad se quedan en la propia comunidad, y si tienes tasas de negativas familiares bajas y tasas de donación altas ayuda a que pueda trasplantarse a más gente de tu comunidad. España, sin embargo, tiene un sistema de cohesión entre las distintas comunidades, y cuando hay una persona en una urgencia que necesita un trasplante en Murcia, por ejemplo, si el donante está en Galicia, el órgano se va a Murcia; igual a la inversa: si hay una urgencia en Galicia y un donante en Murcia compatible se traslada el órgano hasta Galicia. Esta cohesión permite que todo esté tan bien engranado que no se pierdan órganos, que son tan poquitos que no podemos permitirnos el lujo de perderlos.

–Galicia recibe más órganos de los que envía fuera. ¿A qué es debido?

–A que tenemos una actividad trasplantadora muy elevada. No es porque no demos abasto con los donantes que se generan aquí, sino que hacemos tantos trasplantes que se demandan más órganos que los que puede generar la propia comunidad.

–¿Cuál es el perfil del donante actual?

–La persona que era donante hace 25 años, no digo que no hubiera donantes añosos, habitualmente eran varones jóvenes, por debajo de los 40 años, fallecidos a causa de un accidente de tráfico. A día de hoy, ese perfil ha pasado a ser el de un varón de unos 60-70 años fallecido a causa de un ictus isquémico o hemorrágico. Afortunadamente, las campañas de tráfico, los mecanismos de los propios vehículos y la atención de los equipos de emergencias intrahospitalarios han mejorado las cifras de fallecidos, pero eso implica que personas que fallecían y podían ser donantes de órganos hace muchos años, hoy en día se queden en muy pocos casos.

–¿Hay una edad límite para donar?

–La edad media de los donantes en España ronda los 60 años y esa edad no limita que los órganos sean óptimos para trasplantar. También hay que aclarar que cuando se trasplanta a un paciente se intenta que la edad del donante y la del receptor sean similares. Y no, no hay edad límite. El año pasado, por ejemplo, el donante más añoso de España tenía 95 años, y donó el hígado, que se trasplantó con éxito, pero es algo excepcional. Quizá los órganos que permiten hacer trasplantes de más edad son el hígado junto con los riñones. Luego, los órganos más exquisitos son el corazón (vital) y el páncreas. Los corazones de donantes por encima de los 55-60 años son casos aislados.

La edad media de los donantes en España ronda los 60 años y esa edad no limita que los órganos sean óptimos para trasplantar

–¿En qué se está trabajando para buscar opciones válidas a la donación?

–Hay muchas líneas abiertas. En cuanto a la síntesis de órganos artificiales a través de impresoras 3D, sabemos que generar artificialmente un órgano que pueda generar sustancias va a ser complicado. Otra vía abierta es el xenotrasplante. Hace poco se le dio de alta al receptor de un xenotrasplante en Estados Unidos cuyo donante fue un cerdo. Se le ha preguntado, incluso, a Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), si en España podríamos emplearlo. Es una línea de investigación que está abierta y que empezaremos a investigar. ¿Que esto va a ser el futuro? Yo tengo dudas. Aunque los cerdos sean genéticamente modificados para no provocar rechazos, tienen mayor riesgo de tener infecciones por ciertos virus que no tienen los humanos y son virus muy agresivos. No sé cómo se puede solucionar, pero es otra línea de investigación.

–¿Y en qué más se trabaja?

–Yo creo que las células madre van a ser el verdadero futuro. Son células pluripotenciales que se pueden diferenciar hacia distintas líneas celulares: músculo, hueso... Hay proyectos todavía muy verdes que pretenden infundir estas células en órganos que estén muy dañados, por ejemplo en un corazón que haya tenido un infarto, para que esas células vayan a esa zona del corazón y regeneren o recuperen esos miocitos. Pero son líneas de actuación a medio-largo plazo. A día de hoy, todo se basa en que si no tenemos donante, no tenemos trasplante, no hay otra combinación posible que no sea esta. Las posibles líneas de actuación son muy prometedoras, pero creo que, por desgracia, vamos a tener que estar durante muchos años solicitando a las familias de las personas que fallezcan la autorización para extraer los órganos para poder salvar a otras personas.

“Nadie nos quita que podamos estar en cualquiera de las dos posiciones”

–Hace falta mucha empatía para donar.

–Tenemos que pensar que nadie nos quita que podamos estar en cualquiera de las dos posiciones. La donación de los órganos de un familiar que ha fallecido lo único que aporta son cosas buenas. Una parte de ese familiar va a dar vida. Por desgracia, todos los años fallece gente en lista de trasplantes, que depende únicamente de tener donantes. Aunque seamos el país del mundo que más trasplantes hace, seguimos necesitando muchos más donantes para que nadie se pueda morir esperando un órgano. Aquí hay que apelar a la solidaridad. Nadie sabe en qué lado de la baraja va a estar y las cosas hay que hacerlas de forma altruista y solidara, porque gracias a eso es que el sistema funciona.

–¿Es parte del secreto del éxito de este sistema?

–Es un modelo que se ha intentado copiar en otros países del mundo, pero españoles solo los hay en España. Nuestro modelo en ningún país ha tenido el éxito que tiene aquí, lo cual indica que, aparte del modelo, hay algo más en la población, hay algo más de empatía y de solidaridad con el resto de la gente.

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