Los del Río y las 25.000 bombillas de la portada: La Feria de Sevilla alumbra una semana para celebrar la alegría

Los del Río y las 25.000 bombillas de la portada: La Feria de Sevilla alumbra una semana para celebrar la alegría

Jorge Jiménez

En las calles de Los Remedios que llevan hasta la portada de la Feria, los balcones y terrazas, engalanadas con balconeras que reproducen letras de sevillanas, se desborda la alegría. Salones iluminados y jaleosos en su interior son el presagio de una semana donde la gran invitada es la alegría. Son los 4.000 balcones decorados con coloridas letras de sevillanas que anuncian desde hace días que ya huele a Feria.

Riadas de personas se dirigen en la misma dirección. Al final de una calle Asunción en la que no cabe un alfiler se divisa la portada de la Feria, que cada noche hasta el próximo sábado brillará con un destello de 25.000 bombillas. Por el camino, 4.000 balcones decorados con coloridas letras de sevillanas anuncian que ya huele a Feria. La alegría nerviosa se contagia por las inmediaciones del Real.

En su interior, todos aquellos que no tienen caseta propia o son los hijos e hijas de aquellos padres que están disfrutando de la cena, o todos esos miles de turistas que han alquilado un piso estos días en Sevilla a precio de oro, o los amigos que tiene el piso de la abuela libre para fiestas... Todo esos comparten esta noche de sábado la misma dinámica: se han montao el pescaíto alternativo en casa como si fueran casetas particulares. No falta las sevillanas a todo volumen, los papelones de adobo frito y el cielo de farolillos, aunque sea en el techo.

¿Será el último sábado de pescaíto?

Es el Sábado de pescaíto y puede que sea el último si, como presagia el alcalde, en el próximo referéndum, que se desarrolla del 23 al 25 de abril, los sevillanos votan masivamente que no tienen ni bolsillo ni cuerpo para aguantar este tute, que con el formato corto, el de siempre, ya vale.

Pero mientras esa votación llega, lo que ahora toca es ver iluminada una portada, inspirada el Museo de Artes y Costumbres de Sevilla, que diseñó un italiano que un día llegó de Erasmus a Sevilla y se enamoró para siempre de una ciudad que, durante una semana, monta una ciudad efímera, en paralelo, sobre un albero que cada mañana amanecerá fresco y limpio gracias a los operarios de Lipasam.

Operarios, trabajadores municipales, agentes de seguridad, bomberos, veterinarios, pero también caseteros, churreros, buñueleras, cantantes y costureras son algunos de las profesiones que se fajan en una semana larga para que los demás disfruten de la Feria, con sus ritos, sus tradiciones, su espíritu familiar y sus cifras de récord.

Los del Río animan la fiesta de los que ya están animados

Son muchos de estos trabajadores la cara más invisible que, en los minutos previos al 'Alumbrao', estaban pendientes del más mínimo detalle. Como los técnicos de Elecnor, a los pies de la imponente portada, prevenidos para actuar de inmediato si algo falla en el esperado momento de darle al botón del alumbrao, que, como es tradición, presiona el alcalde de la ciudad.

Durante una hora y media antes, Los del Río, incombustibles, como incombustible es su 'Macarena', animaron a quienes poco necesitan para animarse al ritmo de sus temas de siempre. Fueron centenares de sevillanos y foráneos los que se acercaron para ambientarse antes de cruzar esa portada gigante que separa la vida real del real de la Feria.

El secreto de los del Río para aguantar 60 años sobre las tablas es, confesaron Antonio y Rafael a la periodista Charo Padilla, conductora del acto, es "cuidarse", "tener buena alimentacion" y "que la mujer no te pida mucho", bromearon.

Sevilla, ya lo cantan ellos, tiene un color especial. Este himno se vuelve más verdadero que nunca estos días.