El cambio climático hace estornudar al planeta

El aumento de temperaturas y el descenso de precipitaciones aumenta la prevalencia de alergias y exacerban los síntomas

Una mujer estornuda delante de un árbol en flor.

Una mujer estornuda delante de un árbol en flor. / Envato

El cambio climático está disparando los casos de alergias respiratorias y exacerbando sus síntomas. Esto se debe al aumento de las temperaturas y al descenso de las precipitaciones, por un lado, que están prolongando las temporadas de polinización, y, por otro, a la contaminación ambiental, que provoca alteraciones en la permeabilidad, lo que nos hace más vulnerables a los aeroalérgenos como el polen, los ácaros del polvo y el moho.

La alergia consiste en la percepción de nuestro organismo como nocivo de una sustancia que no lo es (alérgeno). Este contacto pone en marcha una respuesta inmunológica exagerada que se manifiesta en diversos órganos del cuerpo. La susceptibilidad a desarrollar alergias puede estar influenciada por una combinación de factores genéticos y ambientales.

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), cerca de catorce millones de españoles sufren algún tipo de alergia, una prevalencia que va en aumento, según los especialistas. Además, las alergias son cada vez más severas y se prolongan en el calendario más tiempo del que era habitual. Si antes las principales alergias estaban circunscritas a determinadas estaciones, especialmente primavera y otoño, que es cuando tenía lugar la polinización y los niveles de polen son más altos, ahora pueden manifestarse prácticamente en cualquier época del año.

“El cambio climático es un factor fundamental en las enfermedades alérgicas, como el asma bronquial y la rinoconjuntivitis alérgica, porque lo que hace el aumento de temperaturas y el descenso de precipitaciones es que las plantas generen mucho más polen, que, además, persiste más tiempo en la atmósfera por esa escasez de lluvia, lo que causa una exposición mayor y, por tanto, un mayor riesgo de desarrollar una sensibilización”, explica el doctor Diego Blanco, alergólogo del hospital Ribera Povisa de Vigo.

"El cambio climático es un factor fundamental en las enfermedades alérgicas"

Diego Blanco

— Alergólogo

Además, el cambio climático está estrechamente ligado a la polución atmosférica, que es uno de los factores que predisponen a las alergias. “Se ha visto que la contaminación también juega un papel directo e indirecto en la inflamación de la vía aérea y, además, indirectamente, genera una alteración de la permeabilidad, es decir, favorece que los pólenes u otros alérgenos ambientales como pueden ser los hongos y los ácaros del polvo penetren mas fácilmente en nuestras mucosas y, por lo tanto, podamos terminar generando una respuesta alérgica a alguno de ellos”, explica el especialista.

Pero además de aumentar la prevalencia de las alergias, la crisis climática también está provocando que los brotes sean más largos y más severos debido a una mayor exposición al alérgeno. De hecho, ya se están viendo síntomas más graves, según el doctor Blanco.

El mapa de las alergias también está cambiando. Y su calendario, ya que ahora no es extraño que la persona alérgica presente síntomas prácticamente en cualquier estación del año. La práctica clínica así lo constata.

Aunque en Galicia, la alergia respiratoria predominante continúa siendo al ácaro del polvo –es un elemento que necesita humedad alta y temperatura templada–, la sensibilización a los pólenes es cada vez mayor. “Hasta no hace muchos años, la alergia al polen en Galicia era secundaria y los síntomas aparecían en primavera-verano. Sin embargo, cada vez estamos viendo no sólo más pacientes con alergia al polen, sino que la clínica se está extendiendo en el tiempo. Si antes veíamos pacientes con síntomas en los meses de mayo y junio, ahora ya comienzan a presentarlos en marzo-abril”, explica.

Alergias alimentarias

La crisis climática también está involucrada en muchas alergias alimentarias, por lo que se denomina reactividad cruzada. “Uno de los más síndromes más conocidos es el de polen-fruta, que sucede cuando el organismo de una persona alérgica al polen de gramínea o a otra proteína de un polen reconoce esa proteína en un alimento y desencadena una reacción desproporcionada a la misma”, explica el doctor Blanco.

Este especialista asegura que las alergias repercuten en la calidad de vida de las personas que la sufren y en el rendimiento escolar y laboral, ya que pueden dificultar la concentración. “Los síntomas de la alergia, que son congestión nasal, estornudos, picazón en los ojos y fatiga, pueden provocar absentismo laboral y escolar. También suponen una mayor asistencia a las urgencias que, tal y como están, se colapsan mucho más, y aumenta el consumo de medicación –antihistamínicos e inhaladores–, sin olvidarnos de los riesgos que pueden tener las crisis alérgicas o respiratorias”, añade.

Las alergias persistentes también pueden afectar a la capacidad de las personas de disfrutar de actividades al aire libre y pueden tener un fuerte impacto en su salud mental. La frustración, la incomodidad y la fatiga vinculadas a ellas pueden desencadenar cuadros de ansiedad, estrés y depresión.

Cómo combatir la alergia

Para el doctor Diego Blanco, evitar o reducir al máximo la exposición al alérgeno es la estrategia más eficaz. Esto quedó constatado durante la pandemia: mientras que los alérgicos a los ácaros del polvo veían empeorado su estado de salud al permanecer más tiempo dentro de casa, las personas sensibilizadas al polen presentaron menos síntomas al estar protegidas por mascarillas. Por ello, este especialista recomienda utilizar este dispositivo y gafas de sol, siempre que se pueda, ya que hacen de barrera frente a los aeroalérgenos.

Los intervalos entre las cinco y las diez de la mañana y las siete y diez de la noche son los que acumulan una mayor concentración de polen. Por esta razón, se recomienda reducir las actividades al aire libre durante esas horas y mantener las ventanas de casa cerradas. También los días con viento, secos y soleados presentan una mayor concentración de polen.

Asimismo, se recomienda ventilar la casa al mediodía y pasar el aspirador o usar una bayeta, nunca barrer para no extender el polen o los ácaros. Para combatir los síntomas, hay tratamientos farmacológicos específicos, como corticoides, antihistamínicos e inmunoterapia (vacunas contra la alergia). "Los antihistamínicos de última generación no provocan somnolencia, por lo que es preferible tomarlos en la estación de la alergia a estar sintomático", afirma este especialista.

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