La medición de CO2 para mejorar la calidad del aire se plasma en una norma UNE

Permitirá regular la ventilación, reducir los contagios y evitar el deterioro del rendimiento cognitivo en interiores

No será obligatoria pero servirá de referencia en legislaciones

Medidor de CO2 en un instituto de Galicia en 2021. La lectura (467 partes por millón de CO2) indica una excelente ventilación.

Medidor de CO2 en un instituto de Galicia en 2021. La lectura (467 partes por millón de CO2) indica una excelente ventilación. / Rafa López

Rafa López

Rafa López

España da pasos –lentos, eso sí– hacia una mejor calidad del aire en espacios públicos. Tras casi dos años de trabajo, científicos y técnicos españoles han realizado una norma UNE que contempla la medición del CO2 en interiores de manera continua y con resultados accesibles a los usuarios. Así se limitarán los contagios por vía aérea –del virus del COVID y la gripe, entre otros muchos patógenos– y la posible degradación del rendimiento cognitivo que se produce cuando respiramos demasiado aire exhalado por otros en estancias mal ventiladas.

Los responsables de esta norma, UNE 171380, son profesionales de diversas disciplinas (física, química, arquitectura, ingeniería...) englobados en la plataforma Aireamos, un grupo de investigadores y agentes sociales sin ánimo de lucro que nació para promover la ventilación y medición del dióxido de carbono para reducir contagio de COVID-19.

Entre los investigadores que han contribuido a este esfuerzo están el catedrático de la Universidad de Colorado Jose Luis Jiménez, autoridad mundial en aerosoles; Miguel Ángel Campano, profesor de Arquitectura en la Universidad de Sevilla; Elena Jiménez, catedrática de Química Fisica en la Universidad de Castilla-La Mancha; y Florentina Villanueva, doctora en Química Atmosférica y profesora asistente en esa misma universidad.

En septiembre de 2021 la Xunta fue pionera al obligar a la hostelería a instalar medidores de CO2 en bares y restaurantes. Asturias implantó una medida similar. Sin embargo, no se obligó a utilizar medidores con suficiente fiabilidad, los que utilizan tecnología de infrarrojos (NDIR). Tampoco se estableció dónde colocarlos ni que su lectura fuese accesible a los clientes, lo que dio lugar a una implantación de la medida muy mejorable.

La medición de CO2 ya aparece regulada en el marco normativo vigente. Sin embargo, como recuerda Miguel Ángel Campano, el marco normativo actual –Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y Real Decreto 486– no refleja el desarrollo para la medición en continuo, accesible a los usuarios, ni tampoco la necesidad de limitar los contagios por vía aérea ni la degradación del rendimiento cognitivo en estancias mal ventiladas.

La norma UNE establece, entre otros aspectos, umbrales de CO2 (medido en partes por millón); 4 categorías, según el tipo de espacio; dónde colocar los sistemas y que estos sean fijos, no manipulables y visibles al público (como un marcador electrónico en un recinto deportivo). Algunas cadenas de restaurantes y centros comerciales los exhiben, lo que permite al ciudadano elegir espacios por la calidad del aire. Esto ya es común en países asiáticos como Japón o Corea del Sur. El valor del CO2 al aire libre en una ciudad ronda las 420 partes por millón (ppm). A partir de 700 ppm se puede hablar de una calidad del aire mejorable. Si el aparato indica 800 partes por millón (ppm) de CO2, un 1 por ciento de ese aire ya ha sido respirado por otra persona.

En la norma UNE han quedado recogidas las aulas de educación primaria como uno de los casos de estudio analizados para los umbrales dinámicos de CO2. Los colegios, escuelas, institutos y universidades que en el futuro adopten esta norma UNE podrán presumir de tener una mejor calidad del aire. Sus alumnos no solo tendrán menor riesgo de contraer enfermedades infecciosas transmitidas por el aire, como resfriados, gripe o COVID, sino que estudiarán y aprenderán mejor, al evitar el deterioro cognitivo que, según han demostrado diversos estudios, se produce en los espacios mal ventilados. Lo mismo se aplica a los centros de trabajo.

Como se explica en la web de UNE, organismo de normalización español, las normas UNE son de carácter voluntario, pero mediante su referencia en disposiciones legislativas, las autoridades pueden decidir que su contenido, totalmente o en parte, sea de obligado cumplimiento. Un 12% del catálogo de normas UNE se encuentra citado en reglamentación nacional.

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