Galicia contiene la tosferina con 14 casos notificados de los más de 1.100 de toda España en lo que va de 2023

Los pediatras reconocen la enfermedad por su tos característica y apuntan a la prevención, especialmente con la vacuna, como "el mejor tratamiento"

E.P.

Galicia registró 14 casos de tosferina en lo que va de 2023, por lo que se puede hablar de una contención de la enfermedad en comparación al conjunto de España, con un total de 1.164 contagios. A nivel estatal se percibe un importante aumento con respecto al año pasado, dado que a estas alturas del 2022 se registraban apenas 139 casos de esta infección que afecta, principalmente, a niños.

Los datos figuran en el último informe semanal elaborado por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica correspondiente a la semana 38 del año, es decir, hasta el pasado 24 de septiembre. Es ahí donde se observa esta crecida en España, que ya vivió un pico de la enfermedad en el año 2015 con más de 9.200 contagios y ocho fallecimientos notificados.

Los datos proporcionados por el Servizo Galego de Saúde (Sergas) indican que solo hubo 14 casos --ninguno de ellos requirió hospitalización-- en lo que va de 2023, una cifra similar a estos años pasados pero para nada comparables con el resto del país. La incidencia acumulada en la Comunidad gallega sería de apenas 0,5 infecciones por cada 100.000 habitantes, cinco veces menos que la media española.

"No se puede considerar que ahora mismo en Galicia haya un aumento significativo", sino de "algún caso aislado", tal y como constata la doctora Susana Rey, presidenta de la Sociedad de Pediatría de Galicia (Sopega).

La tosferina es una infección respiratoria provocada por una bacteria y que es fácilmente distinguible de otras cuando afecta a niños. Provoca una tos muy intensa y continua que acaba con un ruido respiratorio "como si fuera un gallo", señala la experta. En ocasiones, el menor incluso llega a ponerse muy rojo, con los labios morados, y a presentar fiebre y mocos muy espesos.

No hay motivo de alarma

Es una enfermedad de declaración obligatoria y fácilmente descartable. "Los pediatras la sabemos reconocer. El oir los abscesos de tos nos hace sospechar de la tosferina". Por esto mismo, ahora "no se puede pensar que haya un motivo de alarma", sino que en la mayoría de casos ya se trata de virus estacionales, como el conocido como VRS --virus respiratorio sincitial, causante de bronquiolitis y neumonías-- o la gripe.

No se puede hablar de un repunte de la tosferina en Galicia, pero Rey reconoce que "cada dos años" vuelve "de manera cíclica". "¿Por qué? Pues porque a veces la inmunización de estos pacientes no es la adecuada", detalla la pediatra. Galicia la tiene en su calendario vacunal obligatorio y también inmuniza de esta forma a las mujeres embarazadas durante el tercer trimestre de gestación.

Otro factor que podría explicar la reaparición de la enfermedad este año es el aislamiento y las medidas de distancia social impuestas desde la irrupción de la covid-19 en 2020. "Pasados los años de la pandemia, que fueron epidemiológicamente diferente, podremos tener cuadros de tosferina", advierte.

Es una dolencia con síntomas muy persistentes, con niños que pueden estar tosiendo durante un mes, incluso una vez pasada la infección. "Les puede interrumpir el ritmo habitual de alimentación y de sueño", añade la presidenta de la Sociedad de Pediatría, que avisa que no es tan fácilmente reconocible en adultos porque su sintomatología es más leve.

La prevención, "el mejor tratamiento"

Susana Rey no tiene dudas de que "el mejor tratamiento es la prevención", con esa vacuna ya introducida décadas atrás en el calendario obligatorio, a la que ahora se ha añadido la de las gestantes.

En caso de infección, habitualmente se recomienda aislamiento en casa junto con una hidratación adecuada del niño, incluso mejor que medicamentos mucolíticos y jarabes que "no son muy efectivos en menores de dos años", comenta la doctora. En caso de ser necesario, el médico receta un antibiótico (habitualmente, azitromicina).

Los pediatras aconsejan también vigilar la evolución de síntomas como la fiebre elevada y la dificultad para respirar, que serán aquellos que pueden marcar la necesidad de ingreso o no. Pero "hoy en día, con los tratamientos adecuados, los niños evolucionan favorablemente en su práctica totalidad", concluye la experta.