Colesterol malo, un enemigo ignorado

Solo uno de cada ocho gallegos considera el LDL elevado como responsable directo de infartos, pese a causar el 60% de ellos

Las mujeres tienen más difícil mantenerlo a raya

Carne y chorizos asados, alimentos con colesterol malo, en una fiesta popular.

Carne y chorizos asados, alimentos con colesterol malo, en una fiesta popular. / RICARDO GROBAS

R.L.

Sabemos que es malo, pero no hasta qué punto es un enemigo mortal. Solo uno de cada ocho gallegos perciben que los niveles elevados del colesterol LDL –el llamado “malo”, en oposición al “bueno”, que es el HDL– es un factor de riesgo determinante de enfermedad cardiovascular. Esta escasa percepción del riesgo contrasta con el hecho de que el colesterol LDL elevado es el responsable directo del 60 por ciento de los infartos agudos de miocardio y del 40% de los ictus en España.

Los datos son parte de una encuesta realizada por la biotecnológica Amgen, en colaboración con Cardioalianza, para conocer la percepción del riesgo cardiovascular entre la población española. Los resultados se han publicado coincidiendo con el Día Mundial del Corazón, que se conmemora hoy.

Según la “Encuesta de Percepción del Riesgo Cardiovascular”, en la que fueron interrogadas 2.000 personas de todo el territorio nacional, los gallegos situamos la obesidad por delante del colesterol LDL elevado en la escala de factores de riesgo cardiovascular.

Esta percepción puede tener que ver con que cuatro de cada diez gallegos no se hagan nunca una analítica para conocer sus niveles de colesterol, según plantea el director médico de Amgen, Miquel Balcells. El cardiólogo Luis Miguel Rincón Díaz, por su parte, sugiere que el “carácter sigiloso” del colesterol LDL, que al igual que la hipertensión no produce síntomas, hace que se olvide que “es un factor de riesgo cardiovascular de una trascendencia clave”.

decalogo corazon W

decalogo corazon W / Hugo Barreiro

Existen factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares no modificables, como el sexo, la raza, la edad o los antecedentes familiares; pero también otros factores que sí son modificables, como la hipertensión, la hipercolesterolemia, la diabetes mellitus, la obesidad y el sedentarismo, el tabaquismo, el abuso de alcohol, la ansiedad o el estrés.

Escasa importancia

Otro dato llamativo de esta encuesta es que a tan solo un 11,6% de los encuestados gallegos le preocuparía padecer una enfermedad cardiovascular, pese a que el conjunto de estas dolencias constituye la primera causa de muerte en la comunidad y a nivel nacional. La población gallega teme más padecer cáncer (en un 33,3%), alzhéimer (en un 25,8%) o una enfermedad rara (15,8%) que un infarto o un ictus.

Siete de cada diez encuestados gallegos consideran que siguen buenos hábitos de vida, pero hasta un 53,3% cree que podría mejorar algunos aspectos.

Balcells y Rincón consideran que hace falta un mayor conocimiento del papel del colesterol en el desarrollo de estas enfermedades por parte de la población, algo que precisaría realizar una labor educativa y establecer políticas sanitarias concretas, tal y como se ha hecho con el tabaco. “Se deberían implementar estrategias de detección y abordaje precoz. En la actualidad solo una minoría de los pacientes que han sufrido un infarto tienen el colesterol controlado”, defiende el cardiólogo del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.

A partir de los 50 años los niveles empiezan a igualarse entre ambos sexos

Sesgo masculino

Otra de las realidades que desvela esta encuesta es el sesgo masculino en la percepción de la enfermedad cardiovascular: se cree que es más letal entre los hombres, cuando ocurre justo lo contrario. Ante la pregunta de quién creen los gallegos que fallece más por enfermedad cardiovascular, un 50% de los encuestados responde que los hombres, frente a solo un 15,8% que opina que las mujeres y un 22,5% que considera que los fallecimientos se producen por igual entre ambos sexos. Según datos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), cada ocho minutos muere una mujer por enfermedad cardiovascular en España. Las mujeres fallecen más por estas patologías, mientras que los hombres lo hacen más por cáncer.

Este sesgo puede afectar a los tratamientos y al control del colesterol. Aunque las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte de las mujeres en España, están menos estudiadas, reconocidas, diagnosticadas y tratadas entre la población femenina. Un reciente estudio de la Universidad de Oporto ha observado que las mujeres tienen una menor probabilidad –un 22% menos– que los hombres de alcanzar los objetivos de colesterol malo.

“Las diferencias observadas en cuanto a la atención entre hombres y mujeres se pueden explicar parcialmente por la existencia de un sesgo inconsciente y por la idea errónea de que la enfermedad cardiovascular es un problema masculino”, señala el doctor Román Freixa, presidente de la Asociación de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Las mujeres tienen factores de riesgo específicos: menopausia prematura, diabetes gestacional, hipertensión del embarazo, parto prematuro, síndrome de ovario poliquístico y enfermedades inflamatorias o autoinmunes. “También hay otros riesgos importantes que no se reconocen suficientemente, como los factores psicológicos, sociales, económicos y culturales, en los que a menudo influye el sexo, y que parecen contribuir a la enfermedad cardiovascular en las mujeres”, comenta el doctor Freixa.

Menopausia

La menopausia puede hacer que las mujeres sean más propensas a desarrollar enfermedades cardiovasculares. En esta etapa “disminuyen los niveles de estrógeno, que tiene un efecto protector en el sistema cardiovascular, ya que ayuda a mantener niveles de colesterol LDL más bajos y niveles de colesterol HDL más altos”, recuerda el doctor Freixa, que añade que a partir de los 50 años los niveles empiezan a igualarse entre ambos sexos.

Especialistas de Vithas recuerdan que los estrógenos provocan que las enfermedades cardiovasculares afecten a la mujer una media de diez años más tarde que al hombre. De este modo, se enfrentan a la enfermedad con un peor estado general de salud. Además, en las mujeres, los síntomas de un infarto pueden presentarse de una forma no tan típica ni aguda, lo que hace que a menudo se confundan con ansiedad o estrés. Esto puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento apropiado. Las mujeres suelen presentar dolores cardíacos más atípicos, en localizaciones diferentes de duración y características diferentes, que “en muchas ocasiones no son tomados en consideración”, apunta el doctor Víctor Girbés.

La cardióloga María Ibáñez añade que no solamente influyen las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, “sino también el género: el papel y el comportamiento psicosocial impuesto por la sociedad.

Las mujeres tienden a posponer o retrasar las visitas al médico debido a múltiples factores, lo que podría llevar a que algunas lleguen a las consultas con niveles de colesterol más altos en comparación con los hombres.

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