Entrevista | Olga Osorio Guionista y directora de la película '¡Salta!'

“Si pudiera viajar al pasado me gustaría ver a mi madre en su esplendor juvenil”

“Estoy como al final de un embarazo, deseando verle la cara al bebé”, dice la directora ante el estreno del 1 de septiembre

La directora Olga Osorio.

La directora Olga Osorio. / Víctor Echave

M. González

M. González

La directora y guionista gallega Olga Osorio debuta en el largometraje con ¡Salta!, una original y divertida aventura grabada en A Coruña y protagonizada por Tamar Novas, Marta Nieto y el joven Mario Santos. La película, producida por Vaca Films y que cuenta con la participación de Prime Video, RTVE y Televisión de Galicia, llegará a los cines el próximo 1 de septiembre.

  • FICHA PERSONAL

    Olga Osorio es cineasta, fotógrafa y educadora. Doctora en Humanidades y licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, posee una fructífera carrera en el mundo del cortometraje con títulos como “reSart”, “Mouras”, “Tinder Time”, “Cuestión de autoridad” o “Einstein-Rosen”.

–¿Qué sensaciones tiene ante su debut en el largometraje?

–Estoy, exactamente, como al final de un embarazo, con las contracciones finales y deseando verle la cara al bebé...

¡Salta! tiene su germen en su corto Einstein-Rosen, que participó en más de 240 festivales y fue premiado en muchos de ellos.

–El corto fue muy bien y me hizo pensar un poco en qué podía tener para que la gente conectara con él en todo el mundo. Cuando lo rodé incluso me planteé si sería muy español, porque había referencias muy de aquí, pero lo cierto es que funcionó mejor fuera. Y eso me hizo reflexionar en qué había en esta historia que conectaba tanto y creo que era, fundamentalmente, el tema de la relación entre los dos hermanos (Óscar y Teo), que es un tema con el que la gente se identifica mucho, y también el de la nostalgia de la infancia. Esa idea de que el niño que fuimos no nos abandona nunca, por muchos años que pasen.

–¿Y cómo fue el salto a la gran pantalla?

–Se me ocurrió, desde la trama, cómo se podía estirar la historia haciendo que Teo se metiese en el agujero de gusano y viajase a la actualidad. Con esta idea me senté con Enma Lustres –la productora–, que conectó con ella muy rápido y la entendió igual que la entendía yo, como una película que habla de los “¿y síes?”: ¿Qué hubiera sido de mi vida si no hubiera pasado esto?”. Y aquí estamos.

–¿Cuál fue el mayor reto de convertir ese corto en película?

–Escoger con cuál de las muchas opciones que teníamos nos quedábamos. Salieron un montón de ideas buenísimas y hay como muchas historias posibles a partir de esta historia, da mucho juego, pero tenemos una hora y media para contarla, y había que elegir. También era una película mucho más adulta en una primera versión, pero era mucho más factible de cara a venderla y a que la gente vaya al cine incluir a los niños también. Este fue el reto: darles a ellos su parte.

–La fantasía es una buena estrategia para conjuntarlo todo.

–La fantasía es una temática que los niños entienden a la perfección, pero la gente de mi generación también hemos crecido con películas que para mí son un referente absoluto, como las de Steven Spielberg o como las de Regreso al Futuro. Son películas en las que me miro, siempre desde la admiración y la humildad. Los elementos fantásticos, de todos modos, no son los protagonistas, sino que están integrados al servicio de la historia de los dos hermanos. Los viajes en el tiempo son la maquinaria que permite contar esta historia, pero no son el protagonista de la película.

"Es muy conmovedor cuando lo que tú has escrito en un papel, y que vive en tu imaginación, de repente se hace real"

–Cuenta también con un cartel de lujo de actores para llevar a cabo la película.

–Son absolutamente esenciales. Los actores hacen magia. Es muy conmovedor, me pasó también en los cortos, cuando lo que tú has escrito en un papel y vive en tu imaginación, de repente se hace real. El cine nos engancha mucho a los que lo hacemos por eso. Yo me siento como si fuera pequeña y estuviera jugando con mis muñecas y mis muñecos, pero aquí se hacen de verdad. Los personajes se hacen personas y son gente que aporta su sensibilidad, su visión, su verdad..., al personaje y de repente, lo que tú habías imaginado crece, se enriquece. Y es precioso, es mágico.

–Sobre todo si tienen la experiencia de Tamar Novas o Marta Nieto.

–Trabajar con actores con su experiencia te pone las cosas mucho más fáciles. Aportar, aportan todos, con experiencia o sin ella, porque los niños han aportado muchísimo también y le dan realidad a algo que antes eran solo palabras sobre un papel.

–Esta película se iba a llamar Un pasado por delante.

–El título se cambió hace un mes porque el otro era muy bonito, pero a la gente le costaba recordarlo bien. Creemos que es una película que va a funcionar muy bien con el boca-oreja, que a la gente le va a gustar y le va a decir a sus amigos que vayan a verla, con lo cual era bueno que tuviera un título que pudiera recordar.

–La película está grabada en A Coruña.

–Tanto Enma como yo tirábamos para nuestra casa de adopción, ya que ambas vivimos en A Coruña. Ya el corto se había rodado en el Barrio de las Flores, un barrio con mucha potencia visual, pero hay más exteriores como la zona vieja, el Monte Xalo... Salen varios puntos del skyline de A Coruña desde un punto de vista que no se suele retratar y creo que A Coruña sale guapa en la película.

–Facilita mucho las cosas en el rodaje.

–Claro, al vivir aquí es más fácil. Yo me iba a trabajar a las localizaciones entre producción y esto es algo que no podría hacer si tuviera que irme, por ejemplo, a Andalucía. Enma ha hecho una apuesta muy fuerte en toda Galicia y la ha convertido en un plató de cine y es algo que tenemos que agradecer porque permite que podamos seguir en casa trabajando, desde el punto de vista del sector. Además, permite que se vea el potencial que tiene. Es algo muy valioso y se lo tenemos que agradecer a Vaca Films.

–Si ese agujero de gusano fuese real, ¿a quién le gustaría visitar?

–Me gustaría ver a los Beatles antes de que los conociese nadie, en el Cavern Club en Liverpool. También me gustaría mucho ir a la última cena y ver a mi madre cuando era joven. Si pudiera pedir un deseo, me gustaría verla en su esplendor juvenil. Este deseo sale un poco en la película. Es un sueño en el que no te paras mucho, porque es imposible, pero la magia del cine te permite jugar a que pueda ser realidad y la verdad es que eso es precioso.

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–Vaca Films, RTVE, Prime Video, la Televisión de Galicia. La película cuenta con una red de apoyos importantes...

–Son apoyos esenciales, porque una productora sola no puede levantar el presupuesto de un largometraje.

–¿Cuál es el estado de salud del audiovisual gallego?

Estamos viviendo un momento de oro. Después de la crisis, que fue muy dura, las empresas y autores que sobrevivieron lo hicieron con mucha fuerza. Yo soy profesora de audiovisual desde hace 23 años y le digo ahora a mis chavales que son afortunados porque estamos en el mejor momento que yo recuerde. Y el audiovisual gallego es muy joven. Además de las productoras, está el cine independiente, este año tenemos películas como Matria de Álvaro Gago o O Corno, de Jaione Camborda. En el Festival de Cans estábamos este año tres directoras: Jaione, Sonia Méndez y yo, las tres con largometrajes, y esto es un hito también. Ojalá que el año que viene no seamos tres, sino seis.

–Después de este debut, ¿tiene más proyectos en mente?

–Tengo uno muy bonito, pero no puedo hablar de él. Llevo unos dos años trabajando con Nostromo Pictures en un proyecto y espero que en 2024 podamos rodarlo. Estoy también trabajando en nuevas ideas. Sacar proyectos es complicado, pero mi intención es seguir sacando películas.

–¿Y cortos?

–El último que hice fue en 2018 y no es porque me haya quedado en secano, sino porque fue cuando empecé a trabajar en esta película. Un corto requiere mucha energía, porque ahí yo soy la productora, la distribuidora... No hay tiempo para todo, pero me encantaría seguir haciendo cortos, porque me parece, además, que es un formato a reivindicar. Son terrenos de libertad todavía y creo que el sector debería apostar más por su visibilidad. 

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