Las advertencias del corazón

Dolor en el pecho intenso y repentino, que puede irradiar a un brazo, náuseas, vómitos, sudoración fría... Son algunos de los síntomas de un infarto de miocardio | Cada año siega la vida de 850 gallegos, un 34% menos que una década atrás

Las enfermedades isquémicas del corazón son una de las principales causas de mortalidad.   | // FDV

Las enfermedades isquémicas del corazón son una de las principales causas de mortalidad. | // FDV / mar mato

Mar Mato

Mar Mato

Los avances en la medicina, en prevención y atención, han logrado que en los últimos años los fallecimientos por infarto agudo de miocardio –lo que a pie de calle denominamos a secas infarto o incluso ataque al corazón– hayan descendido en Galicia un 34%. De las 1.295 muertes que se registraron en 2011 se ha pasado a 851 en 2021, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Este descenso en Galicia ha sido más elevado que en el cómputo del Estado español donde la reducción de las muertes por infarto de miocardio fue de un 25% al pasar en ese periodo de 18.101 a 13.463.

Por infarto de miocardio, la Fundación del Corazón entiende “la enfermedad grave que ocurre como consecuencia de la obstrucción de una arteria coronaria por un trombo. La gravedad dependerá de la cantidad de músculo cardiaco que se pierda”.

Pero, ¿cómo darse cuenta de que algo no va correctamente con el órgano de nuestros latidos y que puede ser un infarto de miocardio u otra dolencia del corazón?

El doctor Andrés Iñiguez –director del área de Cardiología del CHUVI y presidente de la Fundación Española del Corazón– explica que “es complejo responder. Cada enfermedad tiene su manifestación y sus síntomas de alerta. No es lo mismo tener una pariada cardiaca que es un síncope, una pérdida de conocimiento; que un paciente tenga un síndrome coronario agudo que se manifiesta como un dolor en el pecho opresivo básicamente irradiado al brazo izquierdo pero no necesariamente y que dura más de 20 minutos; o un paciente que tenga una arritmia y que note palpitaciones o incluso pérdida de conocimiento o mareos”.

Tanto Andrés Iñiguez como Aida Escudero, adjunto de Cardiología de Povisa, advierten de que no se puede generalizar y que incluso resulta difícil precisar ante qué síntomas debemos acudir a urgencias.

Centrándose en el infarto agudo de miocardio, la doctora Escudero señala que “el dolor torácico, síntoma cardinal del infarto agudo de miocardio, tiene una vivencia subjetiva paciente-dependiente”. Con esto, quiere señalar que pesa mucho la valoración subjetiva de la persona que está notando que algo no marcha conforme a la normalidad.

La cardióloga añade que “se considera motivo de preocupación los dolores intensos centrotorácicos de nueva aparición, sobre todo los que asocien lo que llamamos sintomatología vegetativa (náuseas, vómitos, sudoración fría)”.

No obstante, reconoce que no todos los infartos se presentan con esa sintomatología lo que determina “la complejidad en el diagnóstico. En algunos casos, puede existir angina previa, que se define como la aparición de dolor en el pecho con los esfuerzos, más o menos intensos, de la vida diaria. La existencia de estos episodios de angina tiene la ventaja que nos permite detectar pacientes con enfermedad coronaria en riesgo antes que se produzcan complicaciones, sometiendo a estos a pruebas de detección y terapias preventivas antes de que la enfermedad se complique”.

Aida Escudero subraya que “haber tenido un infarto no significa dejar de trabajar o dejar de hacer deporte, esa concepción arcaica hay que irla superando. Cada caso en diferente pero muchos pacientes, con la terapia y supervisión adecuada, superan estos eventos y pueden tras la hospitalización incorporase a una vida activa y casi sin limitaciones”.

La alta conexión entre COVID-19 y miocarditis, arritmias o fibrilación auricular

En cuanto a las posibles conexiones entre el COVID y las afecciones del corazón, el presidente de la Fundación Española del Corazón, Andrés Iñiguez, expone que “hay evidencias en algunos aspectos. Hay evidencias de que el virus SARS-CoV-2 ha provocado patologías cardiacas como miocarditis, arritmias como fibrilación auricular o fenómenos de trombosis o trombosis coronaria o en otras arterias”. Por su parte, la cardióloga Aida Escudero detalla que “el COVID puede asociar complicaciones cardiacas y puede descompensar al paciente cardiópata, aunque no es algo exclusivo de este virus”. Explica que en muchas infecciones graves también se ven estos mismos eventos. “En pacientes con neumonías graves se ha descrito en muchos estudios la correlación con patologías cardiacas interrecurrentes como la miocarditis. En infecciones leves aunque también hemos visto asociación con sintomatología cardiaca, la mayoría de los casos han sido dolencias leves, transitorias y sin secuelas”, añade la doctora de Povisa. En una entrevista publicada por la web Public Health del Johns Hopkins al investigador Ziyad Al-Aly, director del Clinical Epidemiology Center, este señalaba que “la gente con COVID-19 tiene un mayor riesgo de problemas del corazón durante el año posterior a la infección. Esto incluye arritmias y fibrilación auricular”.

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