La importancia del equilibrio

Ante el aumento en el número de dueños que acuden a educadores caninos, Lara Martínez afirma que “lo ideal es la prevención, no esperar a que el perro tenga problemas”

Lara Martínez, con su perra Senna, en el parque María Xosé Queizán.

Lara Martínez, con su perra Senna, en el parque María Xosé Queizán. / ALBA VILLAR

M. González

M. González

“Crear un vínculo con tu perro es muy importante, pero ser exigente con él, también. Y es un trabajo diario. Cuanto más exigente eres con un perro, más agradecido, obediente y cariñoso es”, sostiene la educadora canina Lara Martínez, que posee el certificado de profesionalidad de la Xunta de Galicia.

Esta adiestradora constata el aumento de dueños que acuden a los adiestradores sobre todo después de la pandemia. “Lo que ocurrió es que después de estar 24 horas pegados a su perro, el animal desarrolla una dependencia impresionante. Al tener que reincorporarse al trabajo, sus perros les hacían unos destrozos en casa impresionantes, tenían problemas con los vecinos por sus ladridos, problemas de hábitos higiénicos para llamar la atención... Hay mucho estrés en los perros”, afirma Martínez, que lleva tres años dedicada al adiestramiento canino pero muchos más vinculada al sector, primero como auxiliar de veterinaria, con terapia asistida con animales, entrenadora de perros de terapia o peluquería canina. “En este mundillo tienes que saber de todo”, dice.

"Lo fundamental es la prevención, no esperar a que el perro tenga problemas para tener una sesión con un entrenador o educador”

Y es que no resulta fácil equilibrar un perro para que no desarrolle problemas de comportamiento que, en ocasiones, puede derivar en situaciones muy complejas. “Yo siempre digo que lo fundamental es la prevención, no esperar a que el perro tenga problemas para tener una sesión con un entrenador o educador”, advierte. “Suele pasar que acuden a nosotros cuando ya tienen una situación extrema, como problemas con su comunidad de vecinos, casos de agresividad de perros que no pueden ni sacar a la calle porque son un peligro...”, advierte.

Lara Martínez, con su perra Senna, en el parque María Xosé Queizán.

Lara Martínez, con su perra Senna, en el parque María Xosé Queizán. / ALBA VILLAR

Las conductas inadecuadas de los canes más frecuentes suelen ser el ladrido excesivo, malos hábitos higiénicos, inseguridad, trastornos compulsivos, dependencia de humanos... “Para prevenir estos problemas de comportamiento, lo primero es ser consecuente con el perro que tienes o que vas a coger”, indica. “Si no tienes mucho tiempo para dedicarle, lo mejor es optar por un perro con una actividad media o baja”, indica la experta, que pone el foco también “en razas que se han puesto de moda, con los instintos y los impulsos que tienen esos perros, que son innatos”. Habla, por ejemplo, de perros de pastoreo como el border collie o el pastor alemán, “que tienden a ser reactivos y a tener conductas indeseadas con bicicletas o con gente que corre, por ejemplo, porque es su instinto”.

Entre otros errores a la hora de educarlos están el de no establecer pautas claras desde la llegada del animal a casa, no tener una rutina para él, como los horarios de comer o de salir a la calle; el exceso de apego, no enseñarles a caminar bien por la correa, no enseñarles adecuadamente a acudir a la llamada... “Los perros tienen un periodo de socialización crucial. Hay dueños con perros pequeños que cuando ven venir un perro grande cambia de acera o lo coge en brazos. Eso hace al perro inseguro, tiene que aprender a socializar”, afirma.

Otro de los errores más graves que se cometen es el de humanizar a la mascota (“el antroformormismo”, apunta): “Tendemos a pensar que son como humanos pero el perro tiene su naturaleza y hay que respetarla”.

“Cuando un perro está desequilibrado y tiene problemas de comportamiento, una vez que empiezas a tratar el problema de base enseguida empieza a sentirse mejor y se ve una mejoría incluso en días”, destaca. Todo pasa por la implicación de los dueños. “Normalmente, los perros son fáciles de tratar una vez que entiendes el problema y le pones solución, lo que no es tan fácil es que los propietarios se impliquen y que cumplan todas las pautas que les das y que lo hagan con constancia”, subraya.

“La gente tiene que ser más consciente de lo que depara tener un animal; es una gran responsabilidad”

También deshecha esa creencia de que un perro grande no puede estar en un piso. “Depende del perro. Un mastín no por temas de tamaño o por las mudas que tiene, que son exageradas, pero si tienes un perro equilibrado no hay problema siempre que le des el equilibrio que el perro necesita; de lo contrario, hasta un perro minúsculo sufre en un piso”, advierte.

“La gente tiene que ser más consciente de lo que depara tener un animal; es una gran responsabilidad”, dice Lara Martínez, que destaca la importancia de elegir un educador “que ofrezca unas garantías” a la hora de confiarles su mascota. 

  • Errores más comunes que cometemos con los perros


    Elegir un perro inadecuado a nosotros
    En el caso de un dueño que sale mucho a correr, por ejemplo, estaría bien un perro que le pueda acompañar, pero si se trata de una persona sedentaria no es aconsejable un perro de alta energía.

    No marcar pautas claras desde el principio
    En cuanto el perro llega a casa hay que establecer normas como si va a poder subirse a sofá o no, si podrá entrar o no en todas las habitaciones, cuáles serán sus horarios de salida, quién le va a dar de comer... Los perros necesitan un orden, una rutina en su día a día.

    Exceso de apego
    Sobre todo en pandemia, muchos dueños pasaron las 24 horas del día con su perro. En la separación se dan cuadros de estrés, llevándolo a a ladrar, morder, destrozar cosas... Es bueno ir dejándolo, poco a poco, un tiempo solo, desde cachorro.

    Cuando orinan o defecan en casa
    No se debe regañar al perro cuando defeca u orina en casa y nunca se debe restregar su hocico por donde lo ha hecho, ya que puede derivar en un problema de comportamiento como la cropofagia.

    No enseñarle a caminar bien por la correa
    Hay que enseñarle a andar por la correa desde cachorro. De lo contrario, en el caso de un perro grande, cuando crece puede tirar con su dueño, que incluso puede dejar de pasearle por esta circunstancia.

    Problemas de socialización entre perros
    Los perros tienen un periodo de socialización crucial. El periodo de impronta es fundamental: el cachorro tiene que estar con la camada (con la madre y hermanos) hasta las ocho o diez semanas.

    Cómo enseñarle a acudir a la llamada
    Lo más efectivo es utilizar una correa larga, de unos 10 metros. Si al llamarlo acude, se le premia con un refuerzo lúdico o trófico.

    Tendencia a humanizarlos
    Muchos dueños crean aptitudes y características a un perro como si fuese un humano, pero no lo es: el perro tiene su naturaleza y hay que respetarla.

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