La importancia del equilibrio
Ante el aumento en el número de dueños que acuden a educadores caninos, Lara Martínez afirma que “lo ideal es la prevención, no esperar a que el perro tenga problemas”
“Crear un vínculo con tu perro es muy importante, pero ser exigente con él, también. Y es un trabajo diario. Cuanto más exigente eres con un perro, más agradecido, obediente y cariñoso es”, sostiene la educadora canina Lara Martínez, que posee el certificado de profesionalidad de la Xunta de Galicia.
Esta adiestradora constata el aumento de dueños que acuden a los adiestradores sobre todo después de la pandemia. “Lo que ocurrió es que después de estar 24 horas pegados a su perro, el animal desarrolla una dependencia impresionante. Al tener que reincorporarse al trabajo, sus perros les hacían unos destrozos en casa impresionantes, tenían problemas con los vecinos por sus ladridos, problemas de hábitos higiénicos para llamar la atención... Hay mucho estrés en los perros”, afirma Martínez, que lleva tres años dedicada al adiestramiento canino pero muchos más vinculada al sector, primero como auxiliar de veterinaria, con terapia asistida con animales, entrenadora de perros de terapia o peluquería canina. “En este mundillo tienes que saber de todo”, dice.
"Lo fundamental es la prevención, no esperar a que el perro tenga problemas para tener una sesión con un entrenador o educador”
Y es que no resulta fácil equilibrar un perro para que no desarrolle problemas de comportamiento que, en ocasiones, puede derivar en situaciones muy complejas. “Yo siempre digo que lo fundamental es la prevención, no esperar a que el perro tenga problemas para tener una sesión con un entrenador o educador”, advierte. “Suele pasar que acuden a nosotros cuando ya tienen una situación extrema, como problemas con su comunidad de vecinos, casos de agresividad de perros que no pueden ni sacar a la calle porque son un peligro...”, advierte.
Las conductas inadecuadas de los canes más frecuentes suelen ser el ladrido excesivo, malos hábitos higiénicos, inseguridad, trastornos compulsivos, dependencia de humanos... “Para prevenir estos problemas de comportamiento, lo primero es ser consecuente con el perro que tienes o que vas a coger”, indica. “Si no tienes mucho tiempo para dedicarle, lo mejor es optar por un perro con una actividad media o baja”, indica la experta, que pone el foco también “en razas que se han puesto de moda, con los instintos y los impulsos que tienen esos perros, que son innatos”. Habla, por ejemplo, de perros de pastoreo como el border collie o el pastor alemán, “que tienden a ser reactivos y a tener conductas indeseadas con bicicletas o con gente que corre, por ejemplo, porque es su instinto”.
Entre otros errores a la hora de educarlos están el de no establecer pautas claras desde la llegada del animal a casa, no tener una rutina para él, como los horarios de comer o de salir a la calle; el exceso de apego, no enseñarles a caminar bien por la correa, no enseñarles adecuadamente a acudir a la llamada... “Los perros tienen un periodo de socialización crucial. Hay dueños con perros pequeños que cuando ven venir un perro grande cambia de acera o lo coge en brazos. Eso hace al perro inseguro, tiene que aprender a socializar”, afirma.
Otro de los errores más graves que se cometen es el de humanizar a la mascota (“el antroformormismo”, apunta): “Tendemos a pensar que son como humanos pero el perro tiene su naturaleza y hay que respetarla”.
“Cuando un perro está desequilibrado y tiene problemas de comportamiento, una vez que empiezas a tratar el problema de base enseguida empieza a sentirse mejor y se ve una mejoría incluso en días”, destaca. Todo pasa por la implicación de los dueños. “Normalmente, los perros son fáciles de tratar una vez que entiendes el problema y le pones solución, lo que no es tan fácil es que los propietarios se impliquen y que cumplan todas las pautas que les das y que lo hagan con constancia”, subraya.
“La gente tiene que ser más consciente de lo que depara tener un animal; es una gran responsabilidad”
También deshecha esa creencia de que un perro grande no puede estar en un piso. “Depende del perro. Un mastín no por temas de tamaño o por las mudas que tiene, que son exageradas, pero si tienes un perro equilibrado no hay problema siempre que le des el equilibrio que el perro necesita; de lo contrario, hasta un perro minúsculo sufre en un piso”, advierte.
“La gente tiene que ser más consciente de lo que depara tener un animal; es una gran responsabilidad”, dice Lara Martínez, que destaca la importancia de elegir un educador “que ofrezca unas garantías” a la hora de confiarles su mascota.
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