Tallón, entre la realidad y la ficción

El documental “Escribir lo imposible”, de Simone Saibene, muestra el proceso creativo del escritor de Vilardevós

Saibene, ayer en el Marco antes de la proyección del documental.  | // JOSÉ LORES

Saibene, ayer en el Marco antes de la proyección del documental. | // JOSÉ LORES / M. gonzález

M. González

M. González

“Todavía el mundo era el que conocíamos y no el que vino después”, reflexiona Juan Tallón en el documental “Escribir lo imposible” sobre la presentación en Madrid de su novela “Rewind” dos semanas antes del confinamiento. Se refiere el escritor de Vilardevós a la pegada de la pandemia, que deja un antes y un después en la vida y, por ende, en este documental escrito y dirigido por Simone G. Saibene, que se proyectó ayer el salón de actos del MARCO de Vigo como actividad complementaria del club de lectura de su Biblioteca-Centro de Documentación, en el contexto del Día del Libro del próximo 23 de abril.

“Una de mis pasiones es la literatura y mi sueño siempre fue hacer un documental sobre el proceso creativo de un escritor”, destaca el director: “Todos mis héroes de la adolescencia ya están muertos, pero tengo la suerte de tener a un escritor contemporáneo que aprecio mucho que vive casi al lado de mi casa”. Así que le propuso la idea de hacer ese documental “sobre su proceso creativo”. No quería hacerlo “de una forma convencional”, sino que “quería ver cómo nace el proceso creativo en el día a día”: “En ese sentido, Juan me lo ponía fácil, porque es un escritor capaz de hacer gran literatura a partir de elementos mínimos de la vida cotidiana”.

Pero la pandemia se cruzó en medio. “Cuando presentó “Rewind” en Madrid se interrumpió también el rodaje porque dos semanas después cerró todo. No sabíamos bien cómo avanzar porque no podíamos quedar para grabar”, reflexiona. “Yo quería hacer algo muy vital y, al final, lo que estaba pasando se había convertido, paradójicamente, en una gran metáfora de lo que cuenta la novela: un golpe inesperado que lo cambia todo. Decidimos seguir adelante, contar ese proceso y también la forma de rehacernos a partir de pequeñas cosas, siguiendo también la línea de “Rewind”, con saltos hacia adelante y atrás; todo eso se va a mezclar de forma armónica, creando un documental que es un corpus único, pero formado de todos esos fragmentos grabados a lo largo de 2019 a 2021”, desgrana su creador.

Público presente en la proyección del documental y en el coloquio posterior en el Marco.

Público presente en la proyección del documental y en el coloquio posterior en el Marco. / JOSE LORES

Ese proceso de salida de la pandemia se entremezcla también con el momento en el que Tallón retoma la escritura de “Obra maestra”. “Fue un proceso de cosas que se involucraron en el documental de forma natural”, dice Saibene. El proceso de preproducción previo también fue clave en el rodaje: “Ayudó a crear situaciones de confianza, esa naturalidad, esa vitalidad que se transmite en el documental”.

“Hay un momento en el que lo estamos entrevistando y pasa una ambulancia, al visionarlo nos dimos cuenta de que encajaba perfectamente en el discurso que estábamos haciendo, hablando de la sanidad: parecía casi una profecía”, comenta el director. “Dos semanas después de que Juan estuviera en Lyon se cometió un atentado terrorista como a 200 metros del lugar sobre el que él había escrito. Todas esas coincidencias acabaron tomando sentido en la historia. Esa fantasía, esa ficción, acabó apoderándose de la realidad de verdad”, subraya.

En el cartel del documental se ve a Tallón escribiendo dentro de la bañera, el mismo Tallón que confiesa que le da reparo leerse en entrevistas o escucharse en la radio. “Le parecía un poco absurdo que alguien quisiera hacer un documental sobre él”, reconoce Saibene. “Para mí es uno de los grandes escritores contemporáneos, pero por aquel entonces no había publicado por Anagrama”. “Cuando empezamos a rodar no todo el material era bueno, pero al final sí que se nota mucho el cambio, esa naturalidad y esa manera de contar las cosas de forma espontánea en su cocina, los lugares donde escribe y enseñarlos como si fuésemos parte de su mundo en ese momento. Para mí fue una situación privilegiada como documentalista porque en el momento que se crea esa confianza ya no hay distinción entre el objeto grabado y quien está grabando”.

Es un documental atípico”, aclara el director. “Si alguien no conoce a Juan puede descubrir a una persona interesante no solo a nivel literario, sino por su forma de ver el mundo en general, más allá de su faceta artística, aunque él escribe 24 horas, aun cuando no escribe”.