Helena Cortés: “Quiero bajar a Goethe a la tierra y animar a que se lea su obra”

La germanista y traductora presentó en Club FARO su biografía sobre el autor alemán, del que realiza una semblanza como ser humano y ofrece una guía de lectura

Fernando Romo y Helena Cortés. |   // RICARDO GROBAS

Fernando Romo y Helena Cortés. | // RICARDO GROBAS / Ana Rodríguez

“Mi intención al escribir este libro es bajar a Goethe de ese cielo en que lo han colocado las biografías del siglo XIX y parte del XX, bajarlo a la tierra y suscitar la curiosidad para que el lector se anime a conocer su obra”. Así explicaba Helena Cortés una de las motivaciones que le llevó a escribir “Goethe. Vivir para ser inmortal” (editorial Arpa), un libro que presentó ayer en Club Faro en un acto en el que mantuvo una charla con Fernando Romo, profesor jubilado de Teoría de la Literatura de la Universidad de Vigo.

La germanista, traductora destaca de Goethe y profesora titular de la Universidad de Vigo, ofrece en su última obra una semblanza del autor, al que sitúa en el primer capítulo con 80 años y acompañado de dos de sus nietos rememorando su vida. Lejos de las biografías académicas y salvando el escollo de no caer en la novela, Cortés se mueve en un género mixto entre el ensayo y partes noveladas, sin serlo, con un estilo casi cinematográfico que va desgranando diferentes facetas de Goethe en sucesivos episodios: el triunfador (“tuvo una fama inmensa en vida, había colas para verlo en su casa”, explicó Cortés), el amante, el político, el escritor y el científico.

“En el primer capítulo asciende a un monte, a una cabaña donde de joven había grabado unos versos sobre la fusión con la naturaleza, llora porque sabe que le ha llegado del momento de fusionarse con esa eternidad”, relató Helena Cortés, quien el último capítulo realiza una especie de balance sobre si consiguió dejar plasmada su memoria para la historia, algo que siempre obsesionó al autor alemán, que incluso en sus obras de ficción introduce elementos autobiográficos.

Completa la obra de Cortés, quien al final de cada capítulo de la biografía remite a una obra de Goethe, una guía de lectura, un manual con herramientas en las que explica las obras del alemán, muchas de ellas complejas.

La germanista explicó que la elección del título “Vivir para ser inmortal” responde a su visión sobre el personaje dotado de un enorme vitalismo e hipocondría aguda que lo llevó a rehuir de los funerales de su gran amigo y de su propia mujer, lo cual “revela una angustia patológica ante la muerte y la enfermedad”. Ambas marcaron su vida: mueren todos sus hijos excepto el primero y él mismo “tenía una mala salud de hierro”, al sufrir de joven varias enfermedad, un de ellas, una hemorragia tuberculosa, que estuvo a punto de acabar con su vida. “Como mecanismo de defensa, opta por apurar su vida al máximo, pone su talento vital en lograrse una fama y se obsesiona por dejar su legado ordenado”.

“Goethe no era un obseso identitario, sino un cosmopolita, lo cual le llevó a problemas serios. Le disgustaba tener posturas políticas en una época en que casi estabas obligado a elegir bando. No le gustaba ese nacionalismo alemán que surge de la invasión napoleónica y que jaleaban la unificación de los 350 estados en la Gran Alemania. Le parecía peligroso, fue un visionario. Su modelo era Francia, pensaba que Napoleón había traído la civilización y el progreso” .

Otra faceta de Goethe era su vida amorosa y su larga lista de amantes. “El enamoramiento era para él un motor de creatividad, un impulso vital que le llevaba a los papeles. Era reticente a cualquier atadura, incluso las matrimonial, aunque acaba casándose sin haberlo previsto con la mujer con la que llevaba 18 años conviviendo y había tenido cinco hijos.

En cuanto a su lado más sombrío, firma la sentencia de muerte de una joven soltera que mató a su bebé para librarse del ostracismo social al que quedaría expuesta, adoptando una postura contraria a la que defendía de joven. “Al final de su vida se hace más conservador por su alergia a las revoluciones y a la violencia. Entre la injusticia y el desorden, elige mantener el orden”.

Traductora al español de clásicos germanos de literatura y filosofía

Licenciada y doctora en Filología Alemana por la Universidad de Salamanca y profesora titular de la Universidad de Vigo, en donde trabaja desde el año 1992, la germanista y traductora Helena Cortés ( Salamanca, 1962) está especializada en la época clásico romántica, en torno a 1800, a la que pertenecen Hölderlin, Goethe y los hermanos Grimm. Además, ha trabajado en el campo del pensamiento mítico y la mitología alemana.

Entre 2005 y 2015 trabajó en régimen de servicios especiales como directora del Instituto Cervantes en sus sedes de Bremen, Hamburgo y Múnich.

Destacan sus traducciones y ediciones de estudio de clásicos alemanes como Hölderlin, Goethe, Grimm, Fontane o Rilke, además de monografías, artículos sobre y ediciones comentadas de textos clásicos alemanes, por ejemplo “Fausto” y “Las afinidades colectivas” , de Goethe, “Antígona” y la “Poesía esencial” de Hölderlin, “Antes de la tormenta”, de Theodore Fontane, y “Los cuentos de los hermanos Grimm como nunca te fueron contados”.

Asimismo, es la traductora al español de muchas obras del filósofo Martin Heidegger, autor sobre el que también ha investigado.

Desde 2018 es miembro numerario de la Academia alemana de la Lengua y la Literatura (Deutsche Akademie für Sprache und Dichtung). En 2020 obtuvo la Medalla de Oro Goethe de la Sociedad Internacional Goethe por su contribución a la Germanística y en 2021 logró el Premio de Traducción de España por “El diván de Oriente y Occidente”, de Goethe.