La incorporación de las mujeres al hábito de fumar en las últimas décadas, así como el tabaquismo pasivo, tienen ya un impacto claro, y previsiblemente lo tendrán más en los próximos años, en la salud de muchas de ellas. La feminización del cáncer de pulmón es el rasgo más significativo de la epidemiología de esta enfermedad en España, primera causa de muerte por cáncer en el mundo y también en nuestro país. “En hombres se sitúa a la cabeza y, en mujeres, solo es superado por el cáncer de mama, no obstante, en los últimos años, la incidencia de los tumores pulmonares se ha disparado en ellas. Estamos viendo el efecto del aumento del tabaquismo en las mujeres que empezó en los años 70”, advierte Joaquín Mosquera, oncólogo del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña e investigador del Instituto de Investigación Biomédica coruñés (Inibic), quien llama la atención sobre el hecho de que, en la actualidad, “alrededor del 23% de los hombres, y en torno al 16% de las mujeres” fumen en España. “El 33% de los cánceres que se registran, a nivel global, se deben al tabaquismo. Son un tercio del total, y su causa es evitable”, resalta.

En similares términos se manifiestan desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), entidad que alerta de que, mientras la mortalidad por cáncer de pulmón en hombres en España “tiende a la estabilización e incluso a la baja”, en mujeres “se ha disparado un 120% desde 2005”. “De seguir por este camino, en pocos años veremos cómo las muertes provocadas por ese tipo de tumores en mujeres españolas superarán a las causadas por el cáncer de mama”, avisan los facultativos de la Semergen, y remarcan: “El cáncer de pulmón es una enfermedad pandémica, que causa estragos de una forma similar al COVID y que se extiende por todo el mundo”.

Con estos datos, y coincidiendo con el Día Mundial contra el Cáncer de Pulmón, que se conmemora hoy, autoridades sanitarias, sociedades científicas, servicios de Neumología, Oncología y Cirugía Torácica y asociaciones de afectados urgen “atajar el problema de raíz” priorizando la prevención, que pasa por las “campañas de deshabituación tabáquica” y por “la educación en salud desde etapas muy precoces”. “El cáncer de pulmón tiene una causa fundamental, que es el consumo de tabaco. El 85% de los tumores pulmonares se relacionan con el hábito tóxico de fumar, por tanto, vayamos a la raíz del problema”, subraya el doctor Mosquera, quien admite la “paradoja” existente con respecto a esa enfermedad. “Es de los tipos de tumores que más avances ha registrado en los últimos diez años, tanto para pacientes con alguna alteración molecular, como con la inmunoterapia, que ha sido la gran revolución. Prácticamente se puede decir que, cada año, hay un gran adelanto en cáncer de pulmón. El problema es que la prevención continúa flojeando. Falta que cale en la sociedad”, reconoce Mosquera, y continúa: “Culturalmente, sí parece que a ciertas edades la población está más concienciada, pero sigue habiendo un gran porcentaje de jóvenes fumadores, aún sabiendo que ese mal hábito es una causa evitable de tumores pulmonares y de otro tipo, como los otorrinolaringológicos o los de vejiga, relacionados también con el tabaquismo”.

Si los perjuicios del consumo de tabaco son incuestionables, ¿qué falla para que adolescentes y jóvenes continúen enganchándose a los cigarrillos? El oncólogo lo califica como “un problema cultural”:. “Ya no existe tanto la idea de que fumar es algo ‘guay’, ahora la gente sabe que es un hábito dañino, pero sin ser realmente conscientes de cuán pernicioso puede llegar a ser. Y esto, obviamente, es un problema”. Por otro lado, cree que hay cierta permisividad social. “Todo el mundo tiene claro que la marihuana, la cocaína o la heroína son drogas, pero con el tabaco no sucede lo mismo. Que alguien fume no se ve como algo malo”, advierte.