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El robo de un bebé en un hospital de Bilbao revela fallas en la seguridad hospitalaria

El Sergas dispone de un protocolo de acompañamiento por parte de los padres y acceso controlado | “La seguridad se sigue basando en si alguien lleva bata”, lamenta un experto

Imagen de una cámara de seguridad que muestra a la mujer y la bolsa en la que llevaba el bebé. En el recuadro, la mujer que halló al recién nacido en el felpudo de su domicilio. Ertzaintza/Europa Press

Una joven entró en un hospital de Bilbao; se puso una bata de sanitaria, se llevó a un recién nacido y salió del centro tranquilamente, vestida de calle y con el bebé oculto en una bolsa. El niño fue hallado horas después en buen estado en el felpudo de una vivienda y la mujer, detenida. Esta es la historia que ayer conmocionó a la sociedad española, en la que aflora una pregunta inevitable: ¿Podría ocurrir de nuevo en otro hospital español o estamos ante un caso excepcional, en el que alguien muy hábil ha burlado unas medidas de seguridad muy estrictas?

En primer lugar, no hablamos de un hospital cualquiera: el Universitario de Basurto es uno de los hospitales públicos más renombrados de España. Cuenta con 680 camas y 21 quirófanos y cada día nacen en él una media de 6 bebés, 2.300 al año, según datos del Servicio Vasco de Salud, del que depende.

El consejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, explicó ayer que la mujer se movió por el hospital y abrió las puertas de algunas habitaciones. “No hay constancia de que fuera deliberada y exclusivamente en busca de ese niño; probablemente hizo otros intentos de localizar, identificar o contactar con otros bebés”, manifestó a los medios.

Hallado en buen estado el bebé secuestrado esta mañana en un hospital de Bilbao

Hallado en buen estado el bebé secuestrado esta mañana en un hospital de Bilbao Agencia ATLAS

Vecinos de Santutxu, donde fue detenida la joven, manifestaron al Grupo Noticias que la presunta secuestradora es vecina de este barrio bilbaíno y que había asegurado a sus conocidos que estaba embarazada y que había comprado ropa y una silla de bebé.

La mujer que encontró el bebé relató a Europa Press que a las 8.05 horas sonó el timbre de la puerta de su vivienda; miró por la mirilla, pero no vio a nadie, y abrió para encontrarse en su felpudo a “un crío”. “Enseguida caí en que era el secuestrado”, dijo la mujer, que mostró su alegría por que la historia haya tenido “un final feliz para los padres y para todos”.

El protocolo vasco fue creado tras un intento de sustracción frustrado hace 8 años

La sanidad autonómica vasca –Osakidetza, en euskera– facilita a los padres que acuden a las maternidades vascas un folleto en el que les “solicita que apliquen una serie de recomendaciones para reforzar la seguridad” de su bebé e indica que, “siempre que sea posible”, las pruebas al recién nacido –como la del talón– se hagan “a pie de cama” o acompañado de un familiar. Así lo remarcó ayer la consejera de Salud del País Vasco, Gotzone Sagardui, quien añadió que este documento, que recomienda a los progenitores permanecer junto a su bebé durante su estancia en el hospital, fue elaborado después de otro suceso similar ocurrido en San Sebastián hace ocho años. Fue en enero de 2014, cuando una mujer vestida también con una bata blanca para hacerse pasar por una profesional sanitaria, intentó sustraer a un niño del hospital público Donostia de San Sebastián, asegurando que se lo llevaba para realizarle una prueba médica. Sin embargo, en esa ocasión, personal del centro la descubrió a tiempo e impidió el secuestro.

Fuentes de la Consellería de Sanidade consultadas por FARO sobre esta cuestión señalaron que el Sergas “dispone de un protocolo de acompañamiento por parte de los padres”, además de “acceso controlado” a los centros hospitalarios.

Un experto en seguridad hospitalaria preguntado por FARO señaló ayer que lo que hay en los hospitales, tanto públicos como privados, “son protocolos de derivación de responsabilidades”: “Le dan un papelito a la madre en el que le dicen que tienen que acompañar al niño a todas las pruebas –explica–. Si no es ella, tiene que indicar qué familiar va a ir con el bebé. Es una derivación de responsabilidades en toda regla, están derivando la responsabilidad de proteger a ese bebé a una familia que está cansada y afectada, en un ambiente que no es el suyo y siguiendo las directrices del hospital sanitario”.

Este experto gallego lamenta que, mientras se invierten grandes cantidades en tecnologías de diagnóstico, por ejemplo, “se gasta cero en evitar que se lleven a un bebé”, algo que “no ocurre más veces porque Dios no lo quiere”. “Seguimos basando la seguridad del recién nacido en técnicas del siglo XIX: en si alguien lleva bata o un indicativo que ponga ‘doctor’ o ‘enfermera’”, denuncia.

Medios tecnológicos

Este profesional de reconocida solvencia, con experiencia ejecutiva acreditada en un gran hospital, recuerda que existen medios técnicos y tecnológicos suficientes para evitar hechos como este, que ya han ocurrido con anterioridad en Galicia. La tecnología permitiría “tener localizado al niño y saber en qué zona del hospital está”, pero no se ha implantado “un sistema de pulsera similar a lo que ponen en un centro comercial para evitar que robes una cazadora. Es algo tan sencillo que no se hace”, asegura.

También se puede evitar “que en las zonas de neonatos y de pediatría entre gente no autorizada”, añade. En este sentido, recuerda que “en todos los hospitales los neonatos suelen estar en plantas de hospitalización general, no en zonas acotadas: si tienes un familiar ingresado en planta te puedes dar una vuelta y coger un bebé”. Subraya, además, que la rotación de tres turnos por día impide que alguien ingresado conozca al personal sanitario. Incluso entre el propio personal podría colarse un impostor: “En enfermería, la mayoría son jóvenes novatos, hay mucha rotación. Como venga un señor con labia diciendo que es el jefe de Pediatría y que tiene que hacer una prueba, se puede llevar a un niño”, asegura.

Apunta, además, a situaciones de especial vulnerabilidad, como el caso de una madre soltera que no tenga acompañante, o el ingreso de un bebé en la UCI neonatal, en la que no se permite compañía de familiares.

En el caso de sustracción se activa un protocolo por el que se cierran los accesos al hospital y se pone vigilancia en ellos, pero esto puede no funcionar. “Si te enteras de que falta 20 minutos después, probablemente ya se ha ido”, remacha el experto.

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