La aparición de nuevas variantes, que multiplican los contagios de la COVID, ha elevado el pesimismo de la población respecto a la posibilidad de recuperar la forma de vida previa a la pandemia, y ya solo un 53,4% de los españoles cree que podrá volver a hacer lo mismo cuando se alcance la inmunidad de grupo, frente al 22,7%, que lo descarta. Estos son algunos de los datos del sexto estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) “Efectos y consecuencias del coronavirus”, elaborado entre el 14 y el 17 de diciembre de 2021, con una muestra de 2.462 entrevistas.

En la anterior entrega (junio 2021), el 61,2% de los encuestados confiaba en que todo volviera a la normalidad, frente al 15,2%, que no lo veía tan claro, según la encuesta, que refleja que la pandemia ha afectado a la salud mental de la población y ha generado muchos temores.

Así, un 71,5% reconoce que ha sentido inquietud al tener que limitar los contactos con familiares o amigos; el 50,4%, temor por perder el trabajo; el 41,1%, por no poder hacer frente a sus gastos habituales; y el 58%, por no recuperar la vida anterior a la COVID.

Además, desde marzo de 2020, el 62,4 por ciento asegura que ha estado “preocupado”; el 54,9% se ha sentido “especialmente tenso”; el 60,6%, “triste”; y el 53,3% “enfadado”, en varias ocasiones.

El 55% de los ciudadanos considera que su familia directa está “poco afectada o casi nada” por la pandemia, frente al 40,2%, que asegura que la situación le ha impactado “mucho o bastante”. Han sido las relaciones familiares, sociales y las formas de vivir (33,2%), junto a la situación económica (23,6%) y la laboral (30,1%), los principales aspectos en los que se han visto afectados los entrevistados.

Casi el 75% de los españoles apoya la vacunación obligatoria del personal sanitario y sociosanitario, así como la de los trabajadores que tienen relación con público. Además, aumenta en dos puntos desde junio el porcentaje de los que creen que habría que imponer la vacuna a todos los ciudadanos, hasta el 54,1%.

La vacunación infantil es bien acogida por la población, ya que un 77,4% asegura que está dispuesto a consentir la inmunización de sus hijos, frente al 14,6%, que no lo haría. Un 45,3% considera que habría que obligar a los padres a vacunar a los menores, mientras que el 40,5% no lo ve necesario.

Entre las personas que se niegan a vacunarse (el 4,9% de los encuestados), un 61,7% asegura que no lo va a hacer cuando llegue su turno, frente a un 16,7%, que sí lo hará.

Los que rechazan la vacuna dicen que no se fían de ellas (26,7%) y que tienen miedo a los riesgos para su salud (22,5%), así como un 3,3 por ciento asegura “tener pocas posibilidades de contagio”.