Si se repite la dinámica de la quinta ola de COVID-19, impulsada por la variante delta y los contagios juveniles, y en la que los grupos de mayor edad estaban totalmente vacunados, Galicia podría afrontar una situación grave en los hospitales durante el mes próximo o los siguientes. Es lo que advierten médicos gallegos que atienden a enfermos de coronavirus. Creen que se vuelve a “tropezar en la misma piedra”, expresión que utilizó esta semana el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, para referirse a la tercera ola, que solo en los meses de enero, febrero y marzo de este año causó más de mil muertos en Galicia, aunque entonces apenas había comenzado la vacunación.
Galicia registró ayer un nuevo récord de contagios de COVID-19 en un día con 3.468 positivos, que son un millar más que los notificados el lunes. Los hospitalizados aumentaron hasta alcanzar los 305. Más de uno de cada cien de los 2,7 millones de habitantes de Galicia está pasando ahora la infección, toda vez que el número de casos activos es de 28.334, nuevo máximo de toda la pandemia.
Un internista del área sanitaria de Vigo explica a FARO que el primer gran error de las estimaciones de reducción del porcentaje de ingresados es que se registra una incidencia muy alta (el dato de Galicia es de 953,47 casos por 100.000 habitantes a 14 días), pero con la mayoría de casos de muy reciente diagnóstico.
Para hacernos una idea de lo que se avecina, este médico pone como ejemplo la quinta ola, en la que el área sanitaria de Vigo lideró los contagios a la par con la de A Coruña: en el pico de incidencia, registrado el 3 de agosto, había en Vigo 34 ingresados, que fueron aumentando durante 17 días hasta el 20 de agosto, cuando se registró el pico de hospitalización con 80 pacientes (11 en uci y 69 en planta), sin que eso supusiera un estrés importante para el sistema. Pues bien, “ahora hay ya 86 ingresados [16 de ellos críticos], con la diferencia de que estamos muy lejos, lejísimos de alcanzar el pico de incidencia, no hay medidas restrictivas que hagan pensar que ese pico se alcanzará a corto plazo y no sabemos a ciencia cierta cuál es la incidencia real actual, ya que el sistema está colapsado”, explica este médico.
Añade este facultativo que el segundo error, igual que pasó en la ola previa, consiste en no reparar en que, aunque la incidencia se está incrementando inicialmente en la población más joven, se trasladará progresivamente a las personas de mayor edad, más vulnerables. Como publicó ayer FARO en su edición digital, al igual que en verano, vuelven a ser los veinteañeros los que lideran la transmisión del virus.
Entre los 20 y 29 años la incidencia es más del doble que la media, con 2.281 casos por cada 100.000 habitantes. De momento esa incidencia no se está trasladando a los sectores de mayor edad ni a las residencias, pero tal vez termine por llegar. Para evitar las consecuencias más graves se han administrado dosis de recuerdo de la vacuna e esas franjas más vulnerables de la población.
“¿Es tan difícil hacer números para visualizar una catástrofe que se acerca a toda velocidad?”, se pregunta este médico vigués, que lamenta que al igual que en febrero de 2020 ha calado el mensaje del “catarrito” para describir la supuesta menor gravedad de la variante ómicron, más contagiosa.
Aumento exponencial
Como han advertido la OMS y las agencias de salud de varios países europeos, la multiplicación exponencial de casos podría terminar llenando los hospitales aunque ómicron fuese más leve. Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), recordó ayer en TVE que al aumentar el número de casos “cabe la posibilidad de que se incremente el número de pacientes hospitalizados e incluso de pacientes en las ucis”. Los colegios médicos de España (OMC) han advertido también que “la gravedad de la sexta ola puede quebrar el sistema sanitario y a sus profesionales”.
Como publicó FARO la semana pasada, otro médico en primera línea de la lucha contra el COVID, Ignacio Ramil, coordinador del Servicio de Medicina Interna del hospital HM Modelo de A Coruña, ha apuntado que sus cálculos más optimistas estiman una cifra de entre 50.000 y 60.000 casos activos y entre 800 y 1.000 ingresados en la última semana de enero. Galicia registra actualmente –con datos del lunes a las 18.00 horas– un total de 305 pacientes COVID ingresados, siete más que el día anterior. De ellos, 249 están en planta (tres más) y 56 en unidades de cuidados intensivos (cuatro más).
En cuanto a la positividad, sigue disparada y alcanza el 21,1%.
Sanidade notificó ayer otras cuatro muertes, tres hombres de 57, 66, 73 años y una mujer de 91. Todas las personas fallecidas padecían patologías previas. Sus muertes elevan a 2.757 la cifra de decesos en Galicia.
Aumentan en un 40% las llamadas al 061
La Consellería de Sanidade pidió ayer a la ciudadanía que utilice de forma responsable el teléfono 061 tras registrar el pasado lunes un aumento del 40% en las llamadas a este servicio. En una nota, Sanidade recuerda que el 061 es un número exclusivo para la atención de urgencias sanitarias y casos graves de COVID-19, y que para para la consulta de información, dudas o síntomas leves relacionados con el coronavirus está el número 881 54 00 45.
Sanidade subraya que una persona que haya dado positivo en COVID-19 debe marcar el 061 si tiene sensación de ahogo al respirar, padece una alteración de la consciencia o tiene dolor en el pecho. Ante síntomas leves como fiebre, fatiga o malestar general relacionado con COVID-19 puede llamar al teléfono 881 54 00 45.
