Incertidumbre, miedo al contagio, protocolos que cambian, dilemas éticos, muertes, agotamiento físico y psíquico. Son algunas de las causas que han afectado a la salud mental de los médicos durante la pandemia de coronavirus. En dos años, el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), que se creó en 1998 para ofrecer atención específica a profesionales con trastornos psíquicos o conductas adictivas, ha atendido 1.201 nuevos casos, casi un 37% más que en los dos años anteriores. Un 60% de los pacientes que han acudido al programa, son mujeres. Los casos de adicción suponen un 13,5%: un 66% por abuso de alcohol y un 34%, por otros tóxicos.

Así consta en el informe de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (OMC) que se dio a conocer ayer. Dibujan con claridad la factura que la pandemia ha pasado a los sanitarios españoles en cuestión de salud mental. Con matices, explica el doctor Gustavo Tolchinsky, secretario del Col·legi de Metges de Barcelona (CoMB), porque, al ser un programa nacional, el PAIME es “muy heterogéneo», «con las particularidades de cada territorio y una realidad muy disgregada”. El informe se elabora con todos los datos que aportan los responsables colegiales desde las distintas comunidades. Tolchinsky es uno de los 30 expertos que, los días 4 y 5 de noviembre, se reunirán en Cádiz para abordar los principales retos en salud mental de la profesión médica, en el marco del IX Congreso Nacional del PAIME y III Encuentro Latinoamericano del mismo programa.

Estadísticas

Días antes, la OMC reveló ayer unas estadísticas que se pondrán encima de la mesa y sobre las que debatirán los facultativos. Por ejemplo, con las registradas referentes a 2019 y 2020, se ha constatado que este programa atendió casi un 37% más de casos (un total de 1.201) que enel bienio 2017-2018, cuando la media se situó en torno a los 400 profesionales anuales.

Desde 2011, primer año en el que se registró la evolución de los casos registrados, casi 6.400 facultativos han pasado por este programa especializado.

En el periodo del último informe, el trastorno mental ha sido el principal motivo de ingreso en el PAIME con un incremento de más de dos puntos (76,8 porciento) mientras que la patología adictiva representa un 13,5%. De ese porcentaje, el 66% son casos por abuso de alcohol y un 34%, por otros tóxicos. Los casos por patología dual descienden hasta un 9,7% según consta en el estudio.

Miedo y culpa

Como otros colectivos, también los médicos, por miedo, sentimiento de culpa o estigmatización social de la propia enfermedad, tienden a ocultarla y negarla. No son pacientes fáciles, admite Tolchinsky. «Les cuesta admitirlo. Que un médico tenga una enfermedad no quiere decir que sea un incompetente, lo que no puede ser es un irresponsable». Además, llama la atención sobre un hecho: este tipo de programa hacía un seguimiento activo de médicos con trastornos mentales o adicciones antes del covid. El impacto «brutal» de la pandemia era algo no previsto.

El informe desvela un incremento de colegiados que han acudido al programa de forma espontánea: el 63% en 2020. El número mayor de casos está relacionado con trastornos adaptativos. De los 1.201 ingresos nuevos, un total de 233, es decir el 19,4%, requirieron ingreso hospitalario en la Clínica Galatea de Barcelona, dependiente de la fundación del mismo nombre que es el recurso hospitalario con el que cuentan los facultativos que necesitan atención psiquiátrica.

De todos esos casos, un 20,3% se han considerado complejos y, de ellos, un 60% representan riesgos para la praxis. Del total de médicos atendidos, la gran mayoría un 63% estaban trabajando al inicio del programa, el 34% presentaban baja laboral; el 2% estaban en paro y el 1% tenían inhabilitación profesional temporal. En cuanto al ámbito de desempeño laboral el 86% trabajan en el sistema público de salud, el 9% en el privado y el 5% en ambos.

En cuanto al sexo, el porcentaje de médicas afectadas por problemas de salud mental o adicciones (60%) sigue siendo superior al de médicos y continúa su tendencia ascendente de los últimos años, apunta el informe. Por tramos de edad, los datos muestran una realidad que preocupa: un repunte de facultativos atendidos que tienen menos de 30 años. Las especialidades con mayor número de casos atendidos son Medicina Familiar y Comunitaria y Urgencias, seguido de anestesistas (6%), pediatras (6%) y psiquiatras (4 por ciento). Sin embargo, si se refiere a la población susceptible, indica el estudio, son Anestesiología y Psiquiatría las especialidades con mayor vulnerabilidad.