“Vivimos en una sociedad que nos infantiliza”, aseguró ayer la periodista, guionista y escritora Laura Ferrero (Barcelona, 1984), que ayer reivindicó en el Club FARO la necesidad de hablar sin tabúes de la salud mental y el derecho de la persona a sentirse mal. “Sin embargo –dijo– vivimos en un mundo lleno de cartelitos con el mensaje de ‘Be happy’, por lo que cuando te encuentras mal te sientes culpable”.

El dolor, la tristeza y la culpa son algunos de los temas que transitan por su último libro, “La gente no existe” (Alfaguara), que reúne diecisiete relatos que tratan de la existencia, de lo íntimo, de aquello que solo somos capaz de contar el voz baja, de lo que nos sucede cada día, de lo cotidiano y, sobre todo, de lo que vamos dejando atrás: las pérdidas, las situaciones que nos atascan en la vida y que no nos permiten continuar avanzando.

Una mujer que se enamora de un vecino por cómo cuida las plantas de su terraza. Un hombre organiza una fiesta con sus seres queridos para celebrar el final de una larga enfermedad. Una niña acompaña a su madre a ver pisos que nunca podrán permitirse. Un padre lleva a su hija adoptiva a conocer a su madre biológica. Estas son las tramas de algunos de estos relatos, en los que el amor y el desamor, la ausencia, pero también la esperanza articulan las historias de sus protagonistas. Unos opta por la huida. Otros prefieren quedarse. Ferrero reconoce que pertenece al primer grupo por elección. “La huida siempre es más atractiva porque supone un cambio hacia algo nuevo. Sin embargo, creo que la madurez es aprender a quedarse y quedarse bien”, opinó.

“La gente no existe” es una disección afilada sobre la vida, que algunas personas viven de puntillas, según Ferrero, y de una sociedad que se empeña en mostrar solo su rostro más amable.

En la charla que mantuvo con la periodista viguesa Guada Guerra en el museo MARCO de Vigo, fue desgranando los temas de los relatos, casi todos escritos antes de la pandemia. Uno de los textos nacido durante la crisis sanitaria es “Una trenza”, dedicado a su abuela, fallecida en marzo del pasado año. No poder despedirse de ella le animó a escribir este relato, con el que quiso hacerle llegar su voz. “Las palabras a veces llegan donde nosotros no podemos”, explicó la escritora, para quien el confinamiento fue un momento creativamente malo.

La falta de comunicación (o la falta de comunicación) es otro tema que trata en este libro lleno de pequeñas grandes historias. En su opinión, nos cuesta comunicarnos, y cada vez más a causa de las pantallas electrónicas. “Estamos perdiendo la capacidad de decir las cosas. Las palabras retienen, modifican, pero también pueden ser dañinas”, manifestó.

Ferrero reivindicó la infancia y “esas inteligencias puras que todo lo ven”, y destacó la impronta que la familia y las relaciones familiares tienen en el individuo. “La familia no se escoge, pero te determina”, dijo.

La autora de “La gente no existe” también cuenta una historia de maltrato psicológico en “Gangrena”. Es la primera vez que se acerca a este problema y lo hace para denunciar la violencia más invisible, aquella que merma la capacidad de la persona sin dejar marcas. “Una vez me contaron que cuando la gangrena deja de dolerte es cuando hay que amputar el brazo. Con los abusos sucede algo parecido: cuando ya te da igual es que no hay nada que hacer”, advirtió.

Habla también de amor romántico y lo hace desde distintos prismas, desde cómo fabricamos una imagen idealizada de la persona de la que nos enamoramos hasta la responsabilidad que supone ser el objeto de un amor incondicional. Incluso plantea cómo borrar a la expareja en el que, sin duda es, el relato más divertido y desenfadado, en el que hace una similitud entre las instrucciones de Ikea y las fases de la ruptura amorosa.

Con estos relatos, Ferrero invita al lector a preguntarse, como hace ella, por la existencia. “Lo que he intentado con estas historias es tratar de acercarme a todas aquellas cosas de la existencia que no entiendo. Y por eso sigo escribiendo”, comentó.

Relatos sobre las distintas formas de “no estar” en la vida

En 2015, Laura Ferrero autoeditó su primer libro de relatos, “Piscinas vacías”, que en apenas una semana se convirtió en uno de los más vendidos en la plataforma Amazon y del que Alfaguara publicó un año después una nueva edición. En 2017, publicó su primera novela, “Qué vas a hacer con el resto de tu vida”, y en 2018 “El amor después del amor”. Con “La gente no existe” regresa al relato para narrar una serie de historias de amor y desamor, ausencia y culpa, pero también de esperanza y en las que la familia, tiene un gran peso, A lo largo de estas páginas hay personajes que celebran el hoy y lo que está por venir, y otros que prefieren vivir de las expectativas, donde se sienten protegidos. Los que pueden olvidan. O no. Algunos están en la vida sin estar en ella. Ferreiro explicó que escribe para buscar respuestas a aquellas cosas de la existencia que entiende y que son muchas, confesó. Hay en cada relato mucho de ella misma, algo que al principio le dio vértigo. “Reconozco que al principio me daba miedo que los relatos más autobiográficos fueran criticados, pero con el tiempo he aprendido a distanciarme de los textos”, relató. Precisamente su próxima novela será autobiográfica. En ella trabajaba cuando estalló la pandemia, aunque la pospuso al entender que no era su momento. Ahora la ha retomado. “Las historias encuentran el momento adecuado para desgranarse”, dijo.