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Tato Vázquez Lima Presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias

“En una catástrofe hay que seguir criterios técnicos y no jugar a politizar”

El doctor Tato Vázquez Lima Semes

“La variante india acabará tomando una parte de la población como su fuente de contagio. Es inevitable”

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“No suelo tener pelos en la lengua y digo lo que pienso”, admite Tato Vázquez Lima, miembro del comité clínico de Galicia y una de las voces médicas más respetadas de la pandemia. Preside la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), que el jueves pasado celebró el día mundial de una especialidad que, paradójicamente, no está reconocida en España. El médico gallego dice tener “un problema de daltonismo político” y no casarse con nadie, lo que le permite expresarse con una claridad poco habitual.

  • Ficha personal

    Tato Vázquez Lima preside la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, es coordinador de Urgencias en el Hospital do Salnés y miembro del comité clínico de Galicia. Es doctor en Medicina por la U. de Santiago en la especialidad de Toxicología, en la que obtuvo premio extraordinario.

–Se ha cifrado la influencia del “efecto verano” en un 20% menos de incidencia, pero seguimos en pandemia, ya con la luz al final del túnel de las vacunas.

–El verano, el calor y la luz ultravioleta no son la solución a la pandemia. La solución es la vacunación, al menos en España, no a nivel global, porque uno de los errores que estamos cometiendo es no vacunar a otras zonas. Buena parte de África está sin protección, y ahí se van a producir mutaciones nuevas. Respecto al verano, la previsión es que, si avanza la vacunación, la incidencia disminuirá. Puedes salir al exterior, y en zonas perfectamente ventiladas el riesgo disminuye mucho.

–La variante india ya domina en Reino Unido, y los británicos entran en España sin necesidad de PCR ni cuarentena. ¿Entrará de cualquier forma en nuestro país?   

–Esto es como lo de la variante británica. En noviembre se decía que no iba a llegar, y en enero el 95% de los casos ya eran de esa variante. Tengo el convencimiento de que, con el movimiento que existe hoy a nivel mundial, la variante india acabará tomando una parte de la población como su fuente de contagio. Va a ser inevitable.

“Las vacunas reducen el riesgo, pero el que está vacunado se puede contagiar”

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–Se dice que la india es mucho más contagiosa que la británica.   

–El virus tiene un mecanismo de adaptación e intenta mantener sus fuentes de contagio. Las mutaciones van siempre en una línea, aumentar la capacidad de contagio y, si es posible, saltar la barrera vacunal. Parece que la india es sensible a las vacunaciones. Pero hay algo que me gustaría aclarar: ninguna de las vacunas actuales es esterilizante. Disminuyen el riesgo de contagio, pero no los evitan. Reducen de forma muy marcada la hospitalización, los casos graves y la mortalidad, pero el que está vacunado se puede contagiar. La única vacuna esterilizante que está en desarrollo es española y se aplicará por vía nasal. Ojalá la tengamos el año que viene.

–Se refiere a la vacuna de Luis Enjuanes (CSIC), ¿no?

–Exactamente.

–Meses atrás lamentaba que se habían “normalizado” las cifras de muertos. Ahora que la mortalidad ha bajado, algunos lo entienden como una luz verde a bajar la guardia.   

–No se trata de alarmar a la gente, pero si ahora volviéramos al año 2016 y nos contaran que existe una infección infecciosa que mata a 10 personas al día en España, ¿qué pensaríamos? Quizá 10 personas no son “muchas”, pero probablemente nos generaría angustia y diríamos que hay que mirarlo con calma. La vacunación disminuye el número de muertes, pero no las evita por completo y aún tenemos un porcentaje bastante alto de grupos etarios no vacunados, y son grupos que interaccionan mucho. Por debajo de 50 no tenemos a nadie vacunado, salvo los esenciales. Y llega una época en la que la interacción social es muy marcada. Hasta que tengamos a esa población vacunada reiteraría el mismo mensaje, aunque suene cansino: prudencia.

El doctor Tato Vázquez Lima, ante el edificio del Congreso de los Diputados. SEMES

–Cuando terminó el estado de alarma, el 9 de mayo, miles de personas se lanzaron a la calle a celebrarlo, muchos sin mascarilla y en aglomeraciones. Muchos previeron que se dispararía la incidencia, pero no ha sido así, más bien se ha estancado. Se difunde el mensaje de que en este tipo de fiestas y botellones no hay contagios porque se hacen al aire libre.

–Ha habido repuntes pequeños en determinadas zonas, pero es cierto que existe una tendencia hacia la estabilización. Lo lógico, si fuésemos nórdicos, dicho con todo el respeto, es que la bajada de la incidencia acumulada hubiese sido mucho mayor. Algunos dirán: “Coño, hemos estado de fiesta y tampoco ha pasado nada”. No, lo que ha pasado es algo muy importante: hemos cortado las cadenas de transmisión secundarias; esos jóvenes que se infectan en la calle lo llevan a su casa, pero en su casa sus padres y abuelos están vacunados, y aunque se contagien padecen una infección prácticamente asintomática, y no tenemos prácticamente hospitalización.

–Claro.

-Pero, ojo, el problema está en los contagios que existen entre ellos, y lo vemos en las hospitalizaciones: la edad media de los pacientes que entran en hospitalización o en uci ha bajado llamativamente. En esta gente se producen casos graves también. No son tan frecuentes como en la gente mayor y con enfermedades asociadas, pero se produce alguno. Dicen que la juventud es una enfermedad que se cura con los años, pero a mí me gustaría ser eternamente joven [ríe].

–¿Cuál ha sido el peor momento de lo que llevamos de pandemia?

–Citaría tres. Primero, mediados de febrero [de 2020] y la incertidumbre: las imágenes de Italia, los colegas de urgencias de allí que te decían que aquello parecía un estado de guerra. Y uno pensaba: “¡Joder, y aquí seguimos tan panchos! ¡Esto va a llegar!”. En segundo lugar, las imágenes de Madrid. Por eso ayer [por el jueves] estuve en el [hospital] Infanta Leonor. Los colegas de urgencias lo cuentan como una explosión: de estar atendiendo 3 o 4 casos a 150 de golpe. Una catástrofe sanitaria de origen biológico. Y la percepción es de desconsuelo, pensar cuánta gente va a morir aquí... Ver cómo entraba el virus en Madrid nos dio en Galicia un tiempo para preparar un plan de catástrofes.

–¿Y en tercer lugar?   

–El desconsuelo. Es una sensación global de la pandemia. ¿Cómo es posible que hayamos llegado a este punto de politización de la vida? No es tan difícil escuchar a un grupo de personas que saben de este tema y trabajar de manera conjunta. Escuché a la portavoz de Más Madrid [Rita Maestre] con el alcalde de Madrid [José Luis Martínez Almeida], diciendo que habían llegado a un acuerdo para una serie de medidas y pensé: “¡Joder, copien a estos tíos!”. Dos partidos antagónicos se habían puesto de acuerdo. ¿Es tan difícil, cuando la gente se está jugando su vida? Es esa sensación de “¡bah, idos a la mierda!”. Y con todos los colores: he tenido peloteras de un lado y de otro. En una situación de catástrofe hay que seguir criterios técnicos rigurosos y no jugar a politizar las medidas sanitarias.

Tato Vázquez Iñaki Abella

–Sanidad reprendió esta semana a algunas comunidades por recomendar la pauta vacunal de AstraZeneca con la misma marca.

–Con perdón de la expresión, es una gilipollez. Así de claro. La EMA [Agencia Europea del Medicamento] hace una recomendación clara. El prospecto de la vacuna dice lo que dice. ¿Ahora nos vamos a inventar cosas? Si mi Gobierno, ya sea gallego o nacional, me dice la verdad, asumiré esa decisión. Si lo que intenta es tomarme el pelo justificando científicamente algo que no es justificable, como técnico diré: “Usted me está mintiendo”. Si la justificación es “no tenemos vacunas de AstraZeneca” o “la relación con AstraZeneca se ha roto porque han sido unos golfos en el suministro de las vacunas, y hemos apostado por Pfizer, que nos da cierta seguridad”, ¡pues dilo!, y probablemente la gente lo entenderá. Pero, hombre, si por un efecto adverso de uno por millón haces este paripé... Todas las sociedades científicas dijimos lo mismo: existe un órgano regulador de medicación a nivel europeo y dice lo que dice, nos guste o no.

–¿Hay debates intensos en el comité clínico que asesora a la Xunta, también en el seno de la parte científica y médica, o hay una división clara de “bandos” entre los científicos, por un lado, y los políticos de la Xunta por otro?

–Ha habido diferencias de opinión, más entre la parte asistencial y la menos asistencial del campo médico. Y ha habido discusiones entre el grueso clínico y la parte política. Ahora quizá no tanto. Pero al final se llega a un punto de consenso intentando que las cosas salgan con una posición más o menos uniforme. Quizá cuando menos disputas hubo fue al principio. El primer comité fue para la gestión de una catástrofe, una cuestión técnica, y ahí la parte política no se metió. Pusimos sobre la mesa un documento que incluía montar hospitales de campaña al llegar a cierto nivel. Y hay que reconocer que nos dejaron trabajar.

“Queremos construir Urgencias con gente bien formada”

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–¿Qué consecuencias tiene que no exista una especialidad de Urgencias en España?   

–Esta especialidad existe en toda Europa. Quedan tres islotes: Chipre, Portugal y España. Austria lo va a incorporar en breve. Lo recomendable es que el profesional tenga una formación igual a la de sus homólogos europeos, y que si yo quiero irme a trabajar a Italia tenga un título que diga que soy urgenciólogo. La mayoría de los médicos de urgencias procedemos de otras especialidades. Al llegar a tu puesto te das cuenta de tus carencias: “Vengo de Traumatología, y de intubar o de ver a un niño con bronquiolitis no tengo ni idea”. ¿Qué haces? Te buscas la vida y te metes en cursos por tu cuenta. Formación por voluntarismo. Esto puede funcionar con un reducto muy pequeño, pero no con 25 millones de asistencias al año, como pasa en España. Ha tirado porque ha habido gente veterana que ha dado garantía de calidad al servicio. De ahí el mensaje de “tu seguridad, nuestra especialidad”. Queremos construir servicios de urgencias con gente bien formada que da una garantía de seguridad adicional.

–Siete ministros de Sanidad se han comprometido a crear la especialidad de Urgencias, también Defensores del Pueblo, una treintena de sociedades científicas... ¿Quien impide que esto salga adelante es el “lobby” de los médicos de familia?  

–Yo no diría los médicos de familia. El médico de familia al que le gusta la atención primaria no es contrario, porque lo entiende perfectamente. El “lobby” es de dirigentes de algunas sociedades de médicos de familia. Por una razón obvia: estos dirigentes siempre vieron en Urgencias una salida laboral provisional para los residentes que terminaban su especialidad, mientras no entraban en un centro de salud. Pero ahora hay una necesidad de médicos de familia en atención primaria. Nos estamos robando profesionales. Es un sinsentido.

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