La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentará este marzo una propuesta legislativa para crear un certificado verde digital de COVID-19 que permita recuperar la movilidad y facilite los desplazamientos, ya sean por trabajo o por turismo, dentro de la Unión Europea. El objetivo es que el nuevo pase verde digital, tal y como lo bautizó la política alemana, esté operativo este verano, como reclaman los países del sur como España, Grecia, Italia y Malta para salvar la temporada turística estival y reactivar la economía.

El nuevo certificado no solo permitirá acreditar si una persona ha sido vacunada de coronavirus. También podrá incluir información sobre el resultado de los test PCR, en el caso de que todavía no se haya vacunado o de que quiera hacerlo, e información sobre si ha pasado la enfermedad, se ha recuperado y tiene anticuerpos. De esta forma, Bruselas trata de evitar una posible discriminación entre aquellas personas que han recibido el antídoto y las que no lo han hecho, un elemento que preocupa especialmente a Holanda, Bélgica y Francia. La propuesta, según añadió Von der Leyen, “respetará la protección de datos, la seguridad y la privacidad”.

La intención del nuevo documento es facilitar la movilidad y garantizar el respeto a la libre circulación de personas en la UE. “Comprendemos la necesidad de encontrar una solución concreta a esta cuestión y buscamos la mejor forma de garantizar rápidamente que este problema sea resuelto”, justificó ayer el portavoz Eric Mamer, que insistió en que el nuevo plan, que verá la luz el 17 de marzo –a tiempo para su debate en la cumbre de líderes europeos del 25 y 26 de marzo–, según confirmó el vicepresidente Margaritis Schinas, tendrá en cuenta el hecho de que no hay datos suficientes sobre si las personas vacunadas pueden transmitir o no la enfermedad.

El anuncio se produce menos de una semana después de la última videoconferencia de jefes de Estado y de Gobierno de la UE para hacer balance de la pandemia. En el encuentro quedó constancia de la necesidad de avanzar hacia un certificado de vacunación, aunque no todos los países de la UE comparten la urgencia.

“La idea de un sistema europeo estandarizado que permita a cada individuo recopilar en un único documento digital información relativa a su vacunación o pruebas es buena”, sostuvo la ministra de Exteriores de Bélgica, Sophie Wilmès, que añadió un pero. “Para Bélgica no se trata de vincular la vacunación con la libertad de moverse por Europa. El respeto del principio de no discriminación es más fundamental que nunca porque la vacunación no es obligatoria y el acceso a la vacuna no está generalizado”, avisó a través de su cuenta en Twitter.

Tres meses de desarrollo

Consciente de las reticencias, Von der Leyen avisó el jueves de que si los Veintisiete quieren tener listo el pasaporte para este verano tienen que pisar el acelerador porque se necesitan al menos tres meses de plazo para desarrollar técnicamente un mecanismo que sea interoperativo. Precisamente, países como España han vuelto a insistir en la necesidad de acelerar el proceso durante una nueva reunión informal de ministros de industria celebrada por videoconferencia. Tal y como declaró el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Industria, Reyes Maroto, también ha calificado el pase como una “herramienta útil y eficaz” para retomar la movilidad de forma segura. “Es una buena noticia que España y Europa compartamos la necesidad de trabajar coordinadamente y agilizar las herramientas para garantizar una movilidad segura en cuanto las condiciones sanitarias lo permitan”, celebró Maroto.