El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, asumió en primera persona la comunicación de las nuevas restricciones, las más duras desde que la gestión de la pandemia quedó en manos de las autonomías. El madatario usó un tono grave, con el que buscaba trasladar a la ciudadanía lo delicado de la situación. Al margen de explicar las medidas, su mensaje se centró en pedir la coloboración de todos los gallegos para superar el actual descontrol de la pandemia. En esa línea, dejó frases de gran contundencia, por ejemplo, para reclamar la complicidad de todos a la hora de denunciar a los que se saltan las normas anti-COVID: "Sean implacables con los que no cumplan. Ni un ápice de condescendencia con quien piensa que un pequeño incumplimiento no hace daño a nadie. Hace daño a muchos y esos muchos contagian a muchos más".

El mandatario recalcó que el "autoconfinamiento" es la mejor opción y llamó a actuar "con especial 'sentidiño' [palabra clave en la comunicación de la Xunta sobre la pandemia] y responsabilidad". Un llamamiento que realizó con mayor intensidad a los que viven y cuidan a los mayores. "El único lugar seguro es la burbuja familiar, la unidad de convivencia". El "necesario esfuerzo más" de tres semanas de restricciones extremas, comentó, no será "en vano", pero no puede garantizar que sea el último que pide a la ciudadanía. "No quiero generar falsas expectativas", enfatizó.

Feijóo remarcó que no fue "fácil" tomar estas decisiones que salió a comunicar: "No damos consejos por darlos. A nadie le gustan estas medidas y a mí tampoco".

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