El Gobierno portugués anunció ayer nuevas restricciones en Lisboa y varios municipios de su cinturón metropolitano ante el aumento de casos y la alarma creada por la proliferación de fiestas ilegales con cientos de jóvenes. Así, desde la medianoche se prohíben las reuniones de más de 10 personas, los comercios deberán cerrar a las 20.00, se suspende la venta de bebidas en áreas de servicio para evitar "botellones" y se exigirá un mayor control en los centros comerciales.