El químico Javier Montenegro es un árbol procedente de una semilla paterna del barrio marinero de Bouzas, en Vigo, que germinó en el ya extinto Hospital Xeral. Desde ese vivero, fue llevado a Torrecedeira para pasar a Alcabre, donde echó raíces. Ahora, realiza la fotosíntesis en Compostela, donde trabaja, con el ansia de respirar el aire marino vigués.

Para Montenegro "es fundamental invertir en ciencia básica. En España, hay muchos científicos que trabajan con financiación muy corta en proyectos muy importantes que pueden tener aplicaciones en muchas cosas. Cuando la ciencia básica se ahoga por falta de financiación, los proyectos se paran. Debe haber financiación continua. La ciencia es como una planta, hay que regarla cada día".