El Congreso respaldó ayer la decisión del Gobierno de prorrogar el confinamiento hasta el 11 de abril como medida de contención de la pandemia de coronavirus. Ese apoyo no estuvo exento de críticas al Ejecutivo, incluso por parte de grupos que, como el PP, se sumaron a la medida. Pablo Casado considera que el gabinete de Sánchez "no está a la altura" del esfuerzo que realizan los españoles. El presidente anticipó que "la pesadilla terminará pronto".

Pedro Sánchez se esforzó anoche en convencer a los grupos del Congreso de que tenían que estar "unidos", entre sí y con el Gobierno, frente al coronavirus. Durante el debate sobre la prórroga del estado de alarma, que esta vez sí necesitaba la aprobación del Parlamento, el presidente del Gobierno basó su intervención en esta idea. Pero la oposición, pese a que votó en su inmensa mayoría a favor de la extensión de este periodo excepcional hasta el 11 de abril, pidió medidas de confinamiento social más duras que las actuales, algo que Sánchez rechazó durante un debate más crispado que el de la semana pasada. "Hay que buscar un equilibrio", dijo.

La crítica más repetida por los líderes del resto de partidos tiene que ver con la falta de materiales de la sanidad pública, que en autonomías como Madrid y Cataluña se encuentra al borde del colapso.

"Esta pesadilla concluirá y concluirá pronto. Pero a la hora de actuar es necesario usar el bisturí", defendió el presidente, partidario de que una parte de la actividad económica no se detenga y de que los ciudadanos puedan seguir saliendo a la calle para realizar las compras de productos de primera necesidad.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, comparecerá una vez a la semana ante la Comisión de Sanidad del Congreso para informar de la evolución de la lucha contra el coronavirus, anunció Sánchez. El presidente propuso que esa comisión lleve el seguimiento de la crisis por el Covid-19 y reciba a diario información técnica procedente de las entidades que trabajan para combatir la pandemia, a fin de que pueda ser compartida con los grupos parlamentarios del Congreso. Al margen de eso, no hubo ningún anuncio, ninguna nueva medida en su intervención, ante un hemiciclo prácticamente desierto: 307 de 350 diputados pidieron la votación telemática para evitar contagios.

La oposición, a derecha e izquierda del arco parlamentario, reclamó a Sánchez medidas más drásticas para combatir a la pandemia con mayor eficacia. Frente al buen tono de la sesión de la semana pasada, anoche los mensajes fueron más duros. Desde las bancadas de la derecha abundaron las acusaciones de falta de eficacia y petición de rebaja de impuestos. Desde la izquierda, exigieron mayores ayudas para la población más vulnerable.

El presidente del PP, Pablo Casado, acusó al Ejecutivo de cometer una "grave negligencia" por no haber decretado antes el confinamiento y le criticó por la escasez de material de protección entre los profesionales sanitarios. "El Gobierno no está respondiendo a la altura de los esfuerzos de los ciudadanos", sostuvo. "Ustedes lo han hecho todo tarde y todo mal", resumió Abascal en el turno de Vox.

El Congreso también aprobó ayer cinco reales decretos, tres con medidas para combatir el coronavirus, uno para derogar el despido por baja laboral, y otro con iniciativas para reducir los problemas en el mundo de la agricultura y la alimentación.