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La luz de Sorolla tocó a los Lluria-Vinyals en Galicia

El pintor visitó las Rías Baixas en varias ocasiones y el Castillo de Soutomaior acogió tres cuadros suyos entre 1910-1917

La luz de Sorolla tocó a los Lluria-Vinyals en Galicia

Entre los años 1910 y 1917 el Castillo de Soutomaior, tesoro monumental en pleno corazón de las Rías Baixas, exhibió tres cuadros del 'pintor de la luz' valenciano, Joaquín Sorolla. Las visitas del artista a la antigua fortaleza revelan la gran amistad que unía a los en aquel entonces propietarios del castillo -María Vinyals y Enrique Lluria- con el afamado pintor y su mujer Clotilde. Y prueba de esa amistad son los retratos que hizo de Enrique y de María hacia 1910 y que hoy en día están en paradero desconocido. "Tanto es así que la correspondencia entre ellos era frecuente, y sabemos que Sorolla estuvo en Soutomaior durante el año 1910, e incluso que programaba pasar unas vacaciones de mayor duración", en la costa pontevedresa, avala el historiador especializado en Arqueología Diego Piay (Pontevedra, 1979), profesor de Historia Antigua en la Universidad de Oviedo que colabora con la Deputación de Pontevedra y autor de "María Vinyals, la mujer del porvenir" (Alvarellos, 2019). Se trata de un trabajo en el que ha tratado de recopilar la historia completa de la que fue marquesa de Ayerbe y de su descendencia y que presentóen Club FARO.

El historiador documenta la existencia de los citados retratos, gracias a las cartas conservadas en el Museo Sorolla de Madrid. "Conocemos numerosos aspectos de la vida del pintor, como algunos detalles de su exposición en Nueva York, pero también descubrimos el interés de María Vinyals en la venta de algunos autógrafos reales y los problemas con sus acreedores o la construcción de un nuevo pabellón en el Sanatorio Lluria en marzo del 1912", explica Piay. En efecto, "la amistad que unía a Joaquín y Clotilde con Enrique y María llevó al pintor valenciano a regalar varios retratos al matrimonio Lluria".

Los tres retratos de Joaquín Sorolla ornamentaban el Castillo de Soutomaior entre los años 1910 y 1917. En 1910 María Vinyals se había trasladado a la antigua fortaleza con su segundo esposo Enrique Lluria Despau, con el único hijo de ambos, Roger Lluria Vinyals, con el hijo del matrimonio de María Vinyals con el marqués de Ayerbe (Antonio Jordán de Urríes y Vinyals) y con los tres hijos que su segundo marido había engendrado con su primera esposa, la difunta Clara Iruretagoyena y Lanz; sus nombres eran Enrique, Teresa y Emilia. "Además del retrato de María Vinyals y de Enrique Lluria, el tercero lo dedicó a la joven Emilia Lluria Iruretagoyena, quien además conservó para siempre la firma del ilustre pintor valenciano en un cuaderno de Autographs que llegó hasta nosotros gracias a la conservación del mismo por parte de su hija Clara Hitzemann Lluria y, posteriormente, de Sofía Sampaio" -con quien logró contactar Diego Piay-.

Una noticia de prensa mencionaba ese cuadro hasta ahora ignoto que el pintor valenciano realizó de la bella Emilia Lluria, hija del doctor cubano Enrique Lluria Despau y de su primera esposa Clara Iruretagoyena Lanz.

"Poca información poseemos de estos cuadros, todos ellos en paradero desconocido", reconoce el investigador. En concreto, el que retrató a María Vinyals en 1910 se conserva en una imagen recuperada por la investigadora Silvia Cernadas. La investigadora aseguró que en medio de sus pesquisas sobre esta mujer y su obra, "descubrí esta imagen en los fondos digitalizados del Instituto del Patrimonio Cultural de España". "La imagen coincide con las descripciones que conocíamos del cuadro, que hablaban de un retrato de María de cuerpo entero y sentada en una silla de tipo curial, y está dedicado a su amigo Enrique, además de firmado por el propio Sorolla con fecha de 1910 en el ángulo inferior izquierdo", indicó Cernadas Martínez.

Del otro, tan solo se conserva una descripción de agosto de 1913, que recordaba como el artista había sabido captar en él "el gesto delicado y aristocrático de la linda pequeñuela", quizás Emilia Lluria, cuya belleza fue destacada por poetas y escritores que visitaron el hogar de Soutomaior entre 1914 y 1917.

El tercer lienzo que embellecía la antigua fortaleza medieval, representaba a Enrique Lluria Despau. "Fueron la infatigable labor de Clara Hitzemann Lluria y su innata curiosidad los milagros que nos permitieron conocer mayores datos sobre el cuadro que el pintor valenciano dedicó a su amigo en 1912; pues fue Clara -que ayer mismo cumplió 98 años- quien, en el reverso de la única fotografía conocida de aquella obra, nos regaló algunas anotaciones de su puño y letra que nos ofrecen más de un siglo después de la composición de aquel retrato", completa Piay,. La fotografía aparece documentada como "El abuelo" (padre de Emilia Lluria que nunca conocí). Cuadro al óleo pintado por Sorolla y regalado a Henrique Lluria hijo. Pili lo vendió no se sabe a quien", desvela ahora el investigador.

"Con estas palabras Clara manifestaba su tristeza por no haber conocido a su abuelo, que había fallecido en Cuba en 1925; pero también nos revelaba que aquel cuadro había sido regalado por su padre a su hijo Enrique, posiblemente en el albor del año 1919, cuando junto a su esposa María Vinyals y a los jóvenes Roger y Teresa atravesaron el atlántico dirigiéndose a aquella isla en busca de un nuevo comienzo; pero, además, Clara Hitzemann Lluria nos informaba también de la venta del cuadro por parte de Pilar Pineda Sanfiz, la viuda del desafortunado Enrique Lluria Iruretagoyena, a quien una perniciosa enfermedad privó de la vida con tan solo 34 años y en la cúspide de su carrera profesional", completa de forma novedosa Piay.

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