Los niños gallegos pasan 803 horas al año conectados a internet, mientras que en el conjunto de España, los niños de Secundaria se conectan 1.058 horas y media al año, 4 horas y 30 minutos más del tiempo que pasan en el colegio. Galicia se sitúa, por tanto, como la quinta comunidad española en la que los niños están menos horas conectados. En el extremo opuesto se encuentran Canarias y Región de Murcia.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) alertaba de que, en la última década, la natalidad en nuestro país ha disminuido un 30%. En ese mismo periodo, el número de dispositivos en casa se ha multiplicado, siendo el smartphone el más popular. Tal es así que la media de teléfonos móviles que tenemos en casa es ya de 3, una cifra ligeramente inferior en Galicia con 2,9 de media, lo que la convierte en la tercera Comunidad con menor número de teléfonos en casa. Además, en 1 de cada 10 hogares españoles aumenta este dato hasta 5 dispositivos o más.

Para conocer el uso que las familias españolas y gallegas hacen de la tecnología, Qustodio -plataforma digital-, ha realizado su estudio "Familias hiperconectadas: el nuevo panorama de aprendices y nativos digitales". Un informe que se engloba dentro de su campaña #tenemosquehablar y que incluye más de 1.200 entrevistas a madres y padres de toda la geografía nacional, así como de EE UU y Reino Unido, con hijos de entre 5 y 17 años que utilizan Internet.

Adictos al móvil

Al mismo tiempo, desvela que uno de cada tres de los padres gallegos se consideran adictos al móvil, cinco puntos por debajo de la media española (38%). La mitad de los padres españoles cree que se relaciona menos con su familia por el uso excesivo del móvil. De hecho, el 80% se siente mal por ello. Apagar las notificaciones, activar el modo avión o establecer horarios de uso son algunas de las estrategias utilizadas por los padres y madres para reducir su uso. A pesar de estas cifras, el uso que hacen sus hijos de internet todavía no es una prioridad para las familias, aunque la preocupación es mayor entre los padres más jóvenes. Las familias españolas son menos estrictas a la hora de criar a sus hijos; siendo las tareas del colegio, sus obligaciones en el hogar o el tiempo que pasan conectados los aspectos en los que se muestran menos flexibles.