Jesús Vioque (Sevilla, 1956) es catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández, de Elche. En uno de sus trabajos más recientes analizó el impacto de las bebidas azucaradas en la salud.

-¿Qué han estudiado sobre las bebidas con azúcar?

-Es el trabajo de uno de mis becarios. Queríamos saber qué efecto tenían los refrescos y zumos en la población preescolar, de cuatro o cinco años. Hemos publicado dos trabajos en revistas internacionales de prestigio. Lo primero, queríamos conocer cuál era el patrón de consumo de las bebidas azucaradas. Entonces descubrimos que en los niños, al contrario que las personas mayores, la mayoría de las bebidas azucaradas vienen de los zumos envasados en tetra brick. Las madres les dan el bocadillo con un zumo pequeño pensando que es saludable, pero no lo es. Casi dos tercios de las bebidas azucaradas que se toman a edades de 4 o 5 años es zumo. Y un tercio serían los refrescos.

-¿Y cuál es el problema?

-Nosotros lo estudiamos en relación a un problema que es epidémico: la obesidad infantil. Es epidémica a nivel mundial y en España ha aumentado mucho. Según qué estudios, los niños con sobrepeso representan en España entre el veinte y el treinta por ciento. Una vez conocidos los consumos, cruzamos esos datos. Y descubrimos que los niños obesos y con sobrepeso consumían muchas más bebidas azucaradas que los normales, de forma que consumir más de una bebida azucarada al día aumenta hasta tres veces el riesgo de estar obeso. Esto es un riesgo muy alto. Porque las personas que consumen más bebidas azucaradas tienen mayor riesgo de obesidad.

-La mayoría vemos sanos los zumos envasados.

-Sí. La mayoría ve que un zumito es sano para los niños. Se lo dan con la convicción de que le están dando vitaminas y le están dando salud. Pero la mayoría son agua con tres cucharadas de azúcar y colorantes y sabores que imitan a la fruta.

-Pero también hay zumos sin azúcares añadidos.

-Esto no lo hemos podido estudiar con detalle. Hay estudios que empiezan a decir que incluso los zumos sin azúcares añadidos tampoco son del todo inocuos, pero esta es una pregunta aún por resolver. Se tiene que seguir investigando.

-En cualquier caso, el agua es lo correcto, ¿no?

-A nadie le pasa nada si se fuma un cigarro en la vida o se come un chuletón de ternera, pero si lo coge como hábito y como un consumo frecuente aquí viene el problema. No pasa nada por tomar un día un vaso de refresco azucarado o un zumo, pero si tenemos la costumbre de dárselo todos los días a los niños, no es bueno. Es que hay niños que consumen casi un litro de bebida azucarada al día. Pero lo mejor que podemos darles es agua y una alimentación variada rica en fruta. Si quiere tomar vitaminas, tome fruta, que es la mejor forma de dárselo, pero ni en complejos vitamínicos ni en refrescos ni en bebidas de zumo sirve.

-Dicen que la fruta es mejor masticada que exprimida.

-Sí. Cuando exprimes el zumo de naranja muchas veces lo cuelas porque a los niños no les gustan los grumos. Y lo que haces es darles un 99 por ciento de agua con algunas vitaminas, y dejas el grumo fuera y la sustancia blanca. Si la comemos entera, comemos todo, comemos mucha fibra. Si tomas zumo tomas un azúcar que no es malo, que es la fructosa, pero no es lo más sano. Lo más sano es comer siempre la fruta entera.

-¿Qué opina de las bebidas con cacao típicas del desayuno?

-Como se mezcla con leche no lo estudiamos como bebida azucarada, pero está claro que esas marcas son una mezcla de cacao en polvo con mucho azúcar, estamos ante el mismo problema, inyectando azúcar a los niños que es innecesario. Aunque te digan que añaden minerales o vitaminas, lo que tienes que hacer es ir a las fuentes naturales, que son las frutas y las verduras, y dejar los azúcares añadidos que son poco saludables.

-Usted también estudió las grasas trans.

-Sí. La industria la hidrogeniza para hacerla más sólida y la añade a la bollería y los fritos para hacerlos más palatables y para enganchar más a la gente por el sabor. Esta grasa es mala y se asocia a un mayor riesgo de obesidad. Su consumo va disminuyendo porque la industria está quitándola de la mayoría de los alimentos. En Estados Unidos se ha prohibido pero en Europa no, porque decían que faltaban más evidencias. Pero no faltan porque está muy claro el tema, pero el lobby de la industria es muy potente, y como en el comité europeo que toma las decisiones hay representantes de la industria, hicieron mucha presión y evitaron que se prohibiera. Las evidencias están muy claras y no se atrevieron a prohibirlo. Yo espero que en dos o tres años ya no haya más argumentos. El estudio que nosotros hemos publicado mostraba que los niños con mayor ingesta de grasas trans industriales tenían mayor obesidad.

-¿Son recomendables las bebidas light ? ¿Sirven en realidad para algo?

-Hay estudios que muestran que la gente que bebe bebidas light no tiene menos riesgo de obesidad. Es más, mucha gente la toma porque ya están obesas para, supuestamente, no tomar tantas calorías, pero esta demostrado que no tiene ningún efecto. Además hay estudios que muestran que tiene un poder adictivo que incita a comer más alimentos y te pone el umbral del dulce más alto. Después, toda esta bebida edulcorada con gas tiene una gran cantidad de sodio, que te crea más sed, y a los hipertensos les hace retener más líquidos y les aumenta la presión arterial. Pero más importante es no dar bebidas azucaradas de ningún tipo a los niños, porque crean adicción y después muchos acaban manteniendo el hábito en la vida adulta.