En su conferencia, David del Rosario defendió que "cualquier pensamiento está en un 99,9 por ciento de las veces equivocado". En su libro, señala que "el organismo funciona con premisas simples y universales". A pesar de ello, "las personas somos capaces de discutir e iniciar un conflicto por el color del cielo, defendiendo nuestro argumento con uñas y dientes".

Para Del Rosario, el "origen del conflicto real" reside en que "no somos conscientes de que aquello que vemos es nuestra imagen mental del cielo y no el cielo en sí mismo".

De esta manera, "la única forma de resolver el conflicto es tomando conciencia del funcionamiento del organismo y el cerebro", señaló.

Como ejemplo, indicó en la conferencia que cuando nos parecen mal las palabras de alguien, pensamos "¿cómo me pudo decir eso?". Eso "se traduce -indicó- en una señal electroquímica que viaja por el cerebro. Cuando presto atención a lo que estoy pensando, el cerebro se comporta como una glándula que transforma una señal electroquímica como es un pensamiento en una señal química que el resto de las células del cuerpo pueden entender. Eso llamamos emoción. Ahí, es cuando empezamos a pensar ¿cómo me pudo hacer esto? Es cuando nos empieza a hervir la sangre. De ahí, nos lleva a la emoción. Esto significa que el origen de mis resultados son mis pensamientos".

David Del Rosario concluyó que se puede paralizar esa acción planteándose si lo que estamos pensando es útil para ese momento, de manera que podamos desecharlo o no según la respuesta. En el libro, escribió que el pensamiento "creo que le caigo mal" es un pensamiento inútil que "nos aleja de la felicidad".