El coche como arma del delito. Desde hace ya casi veinte años Stop Accidentes trabaja para concienciar del riesgo que supone ponerse al volante tras haber consumido alcohol o drogas, pisar más de la cuenta el acelerador, viajar sin cinturón o distraído. Para Jeanne Picard, las penas que recoge el Código Penal en materia de tráfico son suficientes.

-El próximo martes se rebajará a 90 km/h el límite en las carreteras secundarias. ¿Cómo espera que repercuta la reforma en la accidentalidad en Galicia?

-Positivamente. Porque si justamente en esas vías es donde más siniestros viales tenemos, disminuir la velocidad en ellas hará caer la accidentalidad. Eso está demostrado: a más velocidad, más siniestralidad y más grave. Esa rebaja urgía, sobre todo en Galicia, donde tenemos miles de kilómetros de carreteras secundarias, muy mala infraestructura, con falta de arcén, con curvas que a veces están a 40 km/h, con muchas travesías? Además de rebajar la velocidad a 90 km/h hay una necesidad de hacer una auditoría de la señalización. A veces tenemos un exceso de señales o incluso de falta que hace que no sepamos a qué velocidad hay que circular.

-Con tantas variaciones de velocidad, el conductor acaba perdiendo el norte y no sabe en qué tramo está en cada momento.

-Por eso es necesaria esa auditoría de señalización. Por ejemplo, Padrón-Ribeira cuenta con una autovía de las más seguras, pero si vamos por la carretera es una travesía continua. No sabemos cuándo empieza un pueblo y cuándo acaba. Nos encontramos que el límite está a 90 km/h y a 20 metros tenemos una curva de 40 km/h. Señalicemos esta curva, que es lo importante, y no decir que es una carretera en la que se puede ir a 100.

-¿Es partidaria de rebajar tambiénel límite de velocidad de autopistas y autovías?

-En una autopista hay cuatro carriles. No vamos a tener nadie que venga de frente, además hay arcenes y buena infraestructura? El límite a 120 km/h es una velocidad razonable, siempre y cuando el conductor respete no solo la velocidad sino también las distancias.

-¿En Galicia se vuelve a correr más en carretera?

-Por desgracia, sí. Lo ha demostrado la siniestralidad. Cuantos más muertos y más heridos graves, es por una mayor velocidad. Hubo también una menor vigilancia por falta de guardias civiles en las carreteras: mil efectivos menos. Los conductores se han relajado, hubo mucha permisividad y eso ha hecho aumentar la siniestralidad.

-¿Qué factores han sido determinantes para que la accidentalidad mortal aumentase el año pasado casi un 40% en Galicia?

-Ojalá lo supiéramos porque se hubiese actuado para evitarlo. Los factores son múltiples, pero está claro que falta educación, que es la base, pero es un proceso lento. Espero que nuestros hijos y nietos sean conductores razonables y mucho más responsables de su conducta. Hay una franja de edad que parece que las normas no van con ellos, luego están los reincidentes, los que van a velocidades muy elevadas y los que consumen alcohol y drogas. Son los factores determinantes en los que hay que incidir. Y sin olvidar las distracciones. Si nos cuentan hace 20 añosque por una distracción una persona podría morir en carretera, nadie se lo creería.

-¿Son suficientes las condenas actuales por delitos de tráfico o se deberían endurecer o falla la ejecución de la pena?

-Yo no soy partidaria de endurecer las penas, sino de aplicar la ley contundencia.

-Deja entrever que no se hace.

-No siempre. Las víctimas de tráfico hemos sido y somos unas víctimas olvidadas, a las que nos dicen qué mala suerte, qué fatalidad que te ha pasado a ti... Para los delitos viarios, el Código Penal no se aplica con tanto rigor. En eso la Justicia siempre ha sido algo permisiva. El juez es juez y parte, conduce. Hay que trabajar con los jueces, con la sociedad en general. La seguridad vial es un problema de convivencia, de valores y de responsabilidad compartida.

-¿Es más efectiva la retirada de puntos que la sanción?

-No vamos a meter a todo el mundo en la cárcel. Pero lo cursos de reeducación son muy necesarios. Se deberían cumplir y ser más eficientes. Y también hace falta una mejor formación, exigir más para sacarse el permiso y para renovarlo para que los conductores sean responsables y conscientes de su conducta. Todos los que hemos ido a un psicotécnico no lo entendemos. Muchas veces, nos parece una broma. En Galicia ya empieza a haber un problema con la población más envejecida. No digo que hay que sacar el carné a todos los conductores de 80 años, pero sí ser más exigentes y rigurosos. Ahí también deberían intervenir el médico de cabecera y la familia. En materia de tráfico, la responsabilidad y hoy no lo está siendo.

-¿Debería extenderse a más supuestos el decomiso del vehículo, no solo a los multirreincidentes?

-El problema del decomiso es que no hay sitio donde guardar los vehículos. Pues para chatarra, y se mandan a reciclar. En la reincidencia, los que no tienen permiso de conducir cambian de coche cada día como pueden. Y hay un problema de vigilancia porque la la Guardia Civil no pude estar en todas las esquinas. Pero hay verdaderos delincuentes viarios a los que hay que sacar de la carretera mandándolos un ratito a pensar en la cárcel.

-Desde hace muchos años se habla del coche como arma del delito en las infracciones penales en carretera. ¿La sociedad se ha concienciado de que al volante también se puede delinquir?

-Quisiera pensar que sí. Llevo 20 años diciéndolo. Desde que se fundó Stop Accidentes en el año 2000 hablamos de violencia vial. Hoy se habla de violencia de género, pero la violencia vial mata más. El que mata es un delincuente. Puede haber una pequeña proporción de gente que se haya distraído, pero la conscuencia es que ha matado a una familia. ¿Cómo llamamos a eso? Es un delito. Es una violencia que para las familias que la sufren es un hecho inesperado, violento que mata a personas inocentes y dejan destrozadas a familias de por vida.