En Vale de Salgueiro, a unos 66 kilómetros al sur de Verín, los niños echan humo en estas fechas. No es que estén ajetreados con sus juguetes -en Portugal no celebran los Reyes Magos con regalos-, sino que fuman. El 5 y 6 de enero, siempre con la autorización de los padres, los niños pueden echarse un cigarrito. O varios. La chocante imagen de críos que no aparentan tener más de 5 o 6 años pegándole caladas a cigarrillos se ha hecho viral estos días, gracias sobre todo al vídeo que ha grabado en la aldea lusa la Agencia France-Presse (AFP), y que han compartido numerosos perfiles y medios de comunicación internacionales.

No se trata de algo nuevo, sino de una tradición centenaria. Los más viejos de esta aldea de Mirandela, situada a unos 48 kilómetros de Chaves, en la frontera con Galicia, aseguran que sus padres ya seguían esta especie de ceremonia de iniciación. Según cuenta Luis Vaz, del digital luso "Observador", ocurre todos los años, cuando la población se reúne para la fiesta de Reyes. No es en absoluto obligatorio, pero la mayoría de las cerca de 20 crianças del pueblo siguen el ritual. Y a tenor de lo que muestran los vídeos que circulan en internet, lo hacen con similar estilo y delectación que el Humphrey Bogart de "Casablanca" o la Sara Montiel de "Fumando espero".

"Creo que es una tradición normal, yo de pequeño hacía como ellos", declara a "Observador", encogiéndose de hombros, Rui Sergio, habitante de Vale de Salgueiro ya en la cuarentena. "Moríamos por que llegase el día 5 y el día 6 para poder fumarnos un cigarrito, y después de eso se terminaba", relata con una sonrisa.

Los vecinos de esta freguesía lusa, que celebra Reyes con gaitas, tambores y un baile muy similar a la muiñeira, cuentan que el ritual tiene más de cien años y celebra la aproximación de los rapaces a la edad adulta.

Carlos Cadavez, presidente de la Junta de Freguesía de Vale de Salgueiro, explica a "Observador" que es una fiesta religiosa en honor a su patrón, San Esteban, y tiene que ver con la emancipación de los críos. "Con 14 o 15 años fumaban y ya eran considerados hombres", apunta. Sin embargo, las imágenes demuestran que el rito ha sido adoptado por niños mucho menores. Cadavez sabe que cada vez habrá más presión para acabar con esta insólita tradición tabáquica, cuyo origen exacto se desconoce, pero que lucharán para mantenerla. "Es muy importante para nosotros", asegura. Se desconoce qué opinan de esto los pediatras del lugar.