En Myanmar (Birmania) hay una dictadura militar de facto que limita los derechos humanos y las libertades de sus habitantes. En una zona con abundantes recursos naturales y donde hay más de un centenar de etnias, los militares reprimen a minorías étnicas como los rohinyá, los karen, los karenni o los mon, que se ven obligados a huir de su país. La situación de los rohinyá ha sido definida por Ra'ad Al Hussein, Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU como"un caso de limpieza étnica de manual". A estos emigrantes se les considera "ciudadanos sin estado". Están desamparados y sin saber cómo encaminar sus vidas.

Ante esta situación, en abril de 2016 nació 'Estudio Cavernas', una asociación sin ánimo de lucro fundada por los hermanos compostelanos Juan y Yago Cuevas, de 33 y 28 años, respectivamente. Es una asociación basada en la arquitectura social y trabaja en colaboración con las comunidades y organizaciones de migrantes locales para satisfacer las principales necesidades en infraestructuras.

El estudio tiene su base en Mae Sot, al este de Birmania, y con frontera en Tailandia. Por la situación geográfica, la mayoría de los inmigrantes que llegan allí son los karen. Además, en los últimos meses se están imponiendo estrictas leyes antimigratiorias. Se ha realizado una gran campaña de deportación de emigrantes y se les dio un ultimátum para regularizar su situación legal en el país o ser expulsados. Juan Cuevas asegura que "la presión policial es intensa y los registros de documentos son constantes en las calles y carreteras".

Un activismo "constructivo"

El 'Estudio Cavernas' tiene como objetivo trabajar en países en vías de desarrollo construyendo infraestructuras sostenibles y funcionales para los sectores de la sociedad que más lo necesitan. "Creemos que la arquitectura se puede utilizar como herramienta política y tratamos de hacer un activismo con un enfoque diferente, desde el diseño" explica Juan, el mayor de los hermanos gallegos.

Aseguran desde la asociación que lo más costoso en los inicios fue formar un equipo de construcción sólido. Apuestan por incorporar a los trabajadores más desfavorecida de la zona para así ayudar a su integración social.

Son una organización pequeña -económicamente hablando-, pero su impacto en la zona es más que visible.Hasta ahora han construido dormitorios, aulas en escuelas, bibliotecas y centros deportivos. La disposición de las construcciones responde a tres objetivos: evitar las inundaciones, crear un espacio de congregación y eludir el sobrecalentamiento de las unidades.

La organización cuenta también con programas de formación profesional para jóvenes inmigrantes. La enseñanza se produce al mismo tiempo que se ejecutan los proyectos de construcción de las infraestructuras. Tiene como principal objetivo hacer posible que personas sin recursos económicos tengan acceso a oportunidades laborales.

No pueden ofrecer alojamiento, pero los trabajadores en formación obtienen también un salario por su actividad laboral. Si bien, el sueldo mínimo de Tailandia está en unos 193 dólares, los trabajadores de Estudio Cavernas cobran 220. Salario que, pese a ser bajo, se adecua al nivel de vida del país subdesarrollado. "El trabajador que más responsabilidades esté dispuesto a asumir y más habilidades tiene cobra un sueldo más alto que el recién llegado", precisa Juan Cuevas.

Respecto a la financiación del proyecto, el gallego explica que cobran un pequeño porcentaje del presupuesto global del proyecto "para reinvertir en el estudio y poder conservar sus equipos de trabajo e infraestructura". También se financian mediante campañas de recaudación de fondos, la venta de los inmuebles que construyen y la captación de socios.