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Atención ante una reacción alérgica

Los expertos coinciden en que un ataque masivo de avispas puede ser mortal para cualquier persona, pero subrayan que un alérgico puede fallecer tras una única picadura

Atención ante una reacción alérgica

Un fallo en los controles sanitarios de un cargamento de porcelana procedente de China y descargado en el puerto de Burdeos, en Francia, con dos avispas reina de la especie velutina, inició en 2004 la invasión de esta especie en Europa occidental, concretamente en Francia, Portugal y España donde, más de una década después, la invasión está provocando la desaparición de abejas, ya que las asiáticas son sus más temibles depredadoras. A esta circunstancia se le suma el riesgo para la salud que entraña el veneno que la velutina inyecta a través de su aguijón de seis milímetros. El caso ocurrido en Porriño, remarcan los expertos, es "excepcional", aunque no único, ya que en 2015 falleció un marinero jubilado de 67 años de Cariño (A Coruña) tras una picadura. En ese caso la víctima ya había sido diagnosticada como alérgica tras un ataque anterior de una especie autóctona.

El resultado de la necropsia determinará si Ángel González, de 54 años, era alérgico, ya que los expertos señalan que de no serlo las numerosas picaduras que sufrió -al menos 25- pudieron haberle ocasionado igualmente una reacción tóxica mortal.

"Los venenos de todas las especies de avispas y de abejas son igual de dañinos", explica Luis Arenas, alergólogo del Chuvi, que precisa que el peligro no solo se reduce a la velutina, aunque es más agresiva que el resto, y que todos los himenópteros atacan al ver amenazado su nido. Arenas confirma que el fallecido no era paciente del servicio de alergología, por lo que no estaba en tratamiento. "Pudo haber tenido una reacción previa en algún momento y lo minimizó. Para un alérgico una sola picadura puede ser mortal, pero si te pican veinte el efecto negativo tóxico que produce el veneno puede inflamar el sistema respiratorio y causar la muerte", añade.

Por ello, remarca la importancia de detectar una reacción alérgica ante una picadura, cuya molestia debería limitarse a la zona donde se ha producido. En caso contrario, la alergia puede manifestarse a través de síntomas generales como picor en todo el cuerpo, más intenso en las palmas de los pies y las manos, una reacción cutánea a través de ronchas, rojez o hinchazón, dificultades respiratorias con bloqueo nasal u obstrucción en el pecho, mareos, náuseas, vómitos o caída de la tensión.

En ese caso, hay que pedir ayuda a la persona más cercana y, de inmediato, llamar a los servicios de emergencia o acudir a ellos pero no conducir, ya que la reacción puede desencadenarse "hasta 30 ó 60 minutos después de la picadura", precisa la presidenta de la Sociedad Gallega de Alergia, Ángeles Rico. "Lo fundamental es pedir ayuda de inmediato porque el riesgo está en las personas alérgicas que no han sido diagnosticadas, ya que los que sí lo saben deben llevar siempre un botiquín de emergencias", precisa la alergóloga. Mientras tanto hay que aplicar frío en la zona afectada, y si se trata de una picadura de abeja hay que tratar de sacar el aguijón. "Sin apretar, raspando con una tarjeta de crédito o lo que haya más a mano", precisa la doctora, que coincide con su colega en que el riesgo aumenta en función del número de picaduras.

Tras recuperarse, el paciente tiene que ser remitido de forma preferente al servicio de alergología correspondiente donde se aplica un tratamiento específico que incluye vacunas para protegerse y también instrucciones para autoinyectarse adrenalina ante un nuevo ataque. "Es el medicamento clave que te puede salvar la vida junto a los antiestamínicos y los corticoides", explica Arenas. El servicio de alergología del Chuvi trata a 260 personas con alergia al veneno de los himenópteros -grupo en el que se incluyen abejas, abejorros, avispas y también hormigas- de los cuales 2/3 se corresponden con una alergia concreta a las avispas y esos pacientes se dividen entre leves, moderados o severos. El 3 por ciento de la población lo padece, según los datos de la Sociedad Española de Alergia.

Origen de la plaga

El origen de la plaga, subraya José Fernández, experto de la Asociación Galega de Apicultores, está demostrado científicamente pero es muy poco probable que se logre acabar con ella, por lo que la única alternativa pasa por frenar su crecimiento, ahora descontrolado.

Lo demuestra la cantidad de incidencias que recibe el Centro de Emergencias del 112 (13.054 en 2016, un 14% del total) y los nidos que se retiran, con 8.496 el año pasado en la comunidad gallega, un 68,4 por ciento más que el anterior. Solo en Vigo, más de medio millar en 2016 según los datos del Concello de Vigo y Xunta, a los que habría que sumar los que quitan los apicultores y los propios vecinos.

Este año, efectivos del parque de Teis y Balaídos de Vigo retiraron cerca de 150 nidos y otros 40 se encuentran en lista de espera para ser revisados. "El tiempo es lo que más influye en el número de nidos: si hace calor proliferan, con temperaturas más bajas se frena. El tiempo va jugando con nosotros en este aspecto", explica uno de los 14 efectivos de la Unidad Específica d e Bomberos de Vigo que realizan estas actuaciones.

En la mayoría de los municipios gallegos existe coordinación con la Xunta pero no en todos por lo que existen datos dispares de localización y retirada de los nidos. La falta de una actuación decidida y conjunta de las administraciones es la que ha motivado a la AGA a impulsar el programa de investigación Stop Velutina, elaborado dentro de la asociación en colaboración con las universidades, técnicos del sector y apicultores.

La incidencia de la avispa asiática, remarca el experto, es mayor en las zonas costeras y cobra especial relevancia en zonas con asentamientos apícolas (3.188 en Galicia). Solo el año pasado más de medio centenar de colmenas se quedaron sin abejas ante la invasión de las depredadoras velutinas. Ante su presencia, las abejas no salen de las colmenas, por lo que no recolectan néctar ni polen y no se alimentan, por lo que terminan muriendo.

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